Devoción apasionada: la querida esposa del Maestro Fudd romance Capítulo 793

Boyle sabía a qué se refería el padre de Jennifer. Sin embargo, la ley no era un lugar para las emociones. Él lo consoló objetivamente, "Le prometo que, por lo mínimo, el acusado no será castigado ligeramente. Puedo garantizarles que haré todo lo posible para sentenciarlo a diez años de prisión".

Sin embargo, él no estaba seguro de poder conseguirle un castigo más severo al acusado, como la cadena perpetua.

El padre de Jeniffer asintió y dijo con una voz sofocada, "Abogado Boyle, muchas gracias. Con sus palabras, me siento más relajado".

Huntley se acercó a ellos y palmeó la espalda del padre de Jennifer. "Tío, esté tranquilo. Él siempre fue muy popular en la Facultad de Derecho durante nuestra época universitaria. Nunca ha perdido un caso desde que se convirtió en abogado. Incluso si usted no cree en mí, tiene que confiar en él. Simplemente vaya a casa y espere a que se programe la segunda instancia. Les notificaremos a usted y a su hija en el momento en que recibamos las noticias".

El padre de Jennifer no supo qué más decir aparte de expresarles su sincero agradecimiento. "Muchas gracias. Lo digo en serio. Ustedes dos trabajaron tan desesperadamente por nuestra demanda, pero están recibiendo muy poco de nosotros. Yo... yo...".

Su voz se fue apagando mientras estaba ahogándose con las lágrimas.

Boyle le dio unas palmaditas en la espalda ligeramente. "Esto es lo que se supone que debemos hacer. Vaya a casa y descanse. Tenga cuidado cuando regrese".

"Sí, está bien".

Desde la distancia, los ojos de Cherie estaban sobre ellos todo el tiempo y no pudo evitar adorarlos. Ellos eran animados y llenos de justicia al igual que los personajes principales en los libros de cuentos y las películas.

Ella se dio cuenta de que cuanta más información descubría sobre Boyle, más profundos eran sus sentimientos hacia él. Cada aspecto de él era sobresaliente y su admiración hacia él se hacía más fuerte cada día.

Huntley contempló la figura que se alejaba del padre de Jennifer antes de volver a sus sentidos. "Vayamos a comer".

Él dio la vuelta y se dio cuenta de que Cherie había desaparecido. "¿Eh? ¿Dónde está Cher?".

Boyle se dio la vuelta y, no muy lejos, vio a la niña sola. Huntley la llamó y ella corrió hacia ellos.

Huntley le preguntó, "Cher, ¿dónde quieres comer?".

"Estoy bien con cualquier cosa".

Boyle bajó la cabeza y la miró. Luego la desconcertó con una pregunta inesperada. "¿No tienes clases por la mañana o las saltaste?".

‘¡Cómo él sabe eso!’, exclamó Cherie internamente, sin palabras por su comentario.

Boyle tomó su silencio como un ‘sí’. Él caminó hacia ella y pronunció impasible, "No te saltes más tus clases".

"De acuerdo". Cherie estaba abatida cuando le respondió. Cuando ellos salieron del juzgado, Huntley y Cherie caminaron juntos detrás de Boyle.

Los labios de Huntley se curvaron en una sonrisa traviesa. "Parece que él ha comenzado a preocuparse por ti".

Cherie frunció los labios y no estuvo de acuerdo, ‘¿Por qué siento que le he dado una mala impresión de mí al faltar a clases?’.

"¿Incluso eso importa? Lo importante aquí es que le has dado una fuerte impresión. Él no puede evitar preocuparse por las cosas que se relacionan contigo. Esto demuestra que has logrado captar su atención".

"Huntley, ¿eres un experto en relaciones?".

Huntley agitó la mano en un gesto de vergüenza. "Me halagas. Apenas soy considerado uno".

Mientras tanto, Boyle se sentía un poco incómodo en su interior. ¿Desde cuándo Huntley y Cherie se volvieron tan cercanos? Ellos estuvieron murmurando detrás de él todo este tiempo.

Con la mano en el bolsillo, él se dio la vuelta y les preguntó en un tono frío y severo. "¿Qué les está tomando tanto tiempo? ¿Ustedes dos siquiera quieren comer?".

Cherie corrió hacia él. "Tú caminas demasiado rápido. No podemos alcanzarte con nuestras piernas cortas".

Huntley se acercó a ellos y puso el brazo por el hombro de Boyle. "Exactamente. Tú eres el que camina rápido y, sin embargo, todavía nos culpas por ser demasiado lentos".

'¿Nosotros? Huntley sigue hablando con ella. ¿Desde cuándo se han vuelto tan cercanos?', se preguntó Boyle.

Él apartó el brazo de Huntley y lo miró.

"Digo, ¿qué te sucede hoy? ¿Estás en tu periodo? De lo contrario, ¿por qué parece que hoy tienes cambios de humor? Cher, vámonos. No te dejes molestar por él. ¡Te llevaré a un buen lugar!".

Boyle estaba sorprendentemente enojado. Estiró los brazos y acercó a Cherie a él. "Eres una mala influencia", le dijo a Huntley.

Después de insultarlo, agarró la muñeca de Cherie y se alejó, dejándolo atrás.

Huntley se rozó deliberadamente la nariz. Había un brillo travieso en sus ojos.

'¡Ah! ¡Interesante! ¿Este hombre sin tacto finalmente ha vuelto a sus sentidos? ¿Su reacción implica que está celoso?', se preguntó Huntley.

Él nunca había tomado la iniciativa de contactarla. Por lo tanto, sintió que su relación unilateral iba decayendo a medida que pasaban los días.

Un viernes por la tarde, Cherie y Whitney no tenían clases por la tarde y decidieron hacer un repaso en la biblioteca de la escuela.

Las matemáticas adicionales de Cherie eran un completo desastre. Whitney era estudiante de Finanzas. Aunque sus matemáticas adicionales eran promedio, era mucho mejor en ellas en comparación con Cherie. Por eso ella todavía podía guiar a Cherie en su tarea.

Las dos estaban charlando alegremente mientras se dirigían a la biblioteca.

"Deberías pedirle al legendario Boyle que te enseñe. Con él como tutor, tus matemáticas adicionales definitivamente mejorarían drásticamente".

Cherie miró a Whitney con los ojos en blanco. "¿Crees que te pediría ayuda si él estuviera dispuesto a enseñarme?".

Whitney la ridiculizó, "¡Amigas antes que chicos!".

Ellas se las arreglaron para encontrar asientos en el tercer piso de la biblioteca. Mientras estaban haciendo sus revisiones, Whitney vio a Boyle y Layla dirigiéndose hacia su dirección.

Con su bolígrafo, tocó a Cherie que estaba absorta en resolver sus preguntas matemáticas. "¡Mira! ¡El chico de tus sueños!".

Cherie volteó la cabeza y vio a Boyle.

‘Él está con Layla otra vez...’, pensó para sí misma.

Quizás, Boyle se juntaba con Layla todo el tiempo cuando ella no estaba.

Cherie se sintió miserable y molesta por dentro.

Mientras tanto, Whitney enderezó los brazos y los saludó. "¡El legendario Boyle! ¡Por aquí!".

Cherie miró a Whitney y murmuró, "¿Por qué les pides a ellos que vengan para acá?".

"¿Quieres que Layla te quite a Boyle?".

"...".