Devoción apasionada: la querida esposa del Maestro Fudd romance Capítulo 908

El Salón de Diez Millas había organizado un baile de máscaras durante el fin de semana.

Entre las luces brillantes se encontraban las personas con máscaras. Ellos estaban buscando una pareja de baile.

En lugar de llamarlo un baile de máscaras, un gran evento social con algo de baile sería un mejor nombre.

Cuando Cherie entró al salón agarrada del brazo de Harrison, ellos llamaron la atención de las personas, aunque los hermanos solo estaban usando media máscara. Su apariencia era absolutamente sorprendente. Ellos se destacaban tremendamente al solo pasar entre la multitud.

Cherie estaba usando un vestido rojo. Tenía un cuello en forma V con un diseño sin mangas. Solo personas con un increíble cuerpo podían lucir eso.

El vestido estaba hecho de una seda de alta calidad y un tinte rojo costoso. Fue cocido en un entalle bastante justo y mostraba el delgado e increíble cuerpo de la mujer.

Sus pechos firmes, la clavícula de aspecto seductoramente intrincado, su espalda de color blanco como la nieve y su pequeña cintura, estaban todas expuestas.

La cola del vestido llegaba a sus tobillos y, cuando ella caminaba, sus delgados tobillos podían ser vistos al final de su vestido.

Ella se veía increíblemente atractiva.

Boyle noto la silueta familiar mientras estaba parado en una esquina. Sus ojos temblaron bajo la media máscara de tonos azules.

La mujer estaba parada debajo de las luces que había cerca. Su largo cabello suelto estaba cubriendo sus hombros. Ella estaba usando una máscara de una mariposa negra en su cara. Había fragmentos de diamantes en la máscara. Sus rojos labios voluminosos podían ser vistos debajo de la máscara. Ella se veía increíblemente despampanante, ya que el vestido mostraba su piel blanca como la nieve. Casi parecía que ella estaba brillando.

Su Cherie se veía increíblemente atractiva.

Un montón de hombres se le acercaron porque querían invitarla a bailar.

Sin embargo, ella solo se quedó parada, completamente fría y sin responder. Ella los estaba ignorando a todos.

Esas personas eran completamente insignificantes para ella.

Harrison dijo mientras abrazaba el brazo de Cherie: “Hermana, ya que estamos aquí, ¿bailamos un poco?”.

Cherie lo miró al preguntarle: “¿Acaso sabes como bailar?”.

“Oh, por favor, ¿cómo no voy a saber? Solo es un tango y lo he visto bastante en los eventos sociales de mi universidad”.

Cherie se dio la vuelta y le sonrió al decirle: “Oh, no grites si te piso luego, ¿de acuerdo?”.

Las esquinas de la boca de Harrison temblaron al mirar hacia abajo y ver su delgado par de tacones. Él parecía estar aturdido.

“¡Por favor ten piedad de mí, hermana!”.

“Lo intentaré”.

La canción acelerada del baile de tango comenzó a reproducirse en el salón.

Cuando Harrison dio un paso adelante, Cherie también tomó un paso hacia delante con sus tacones. Un sonido fuerte pudo ser escuchado cuando ella pisó a Harrison.

“Zis…”.

Harrison apretó los dientes y chilló de dolor debajo de su máscara.

“¡¿Puedes ser un poco más gentil, hermana?!”.

Cherie se quejó con el ceño fruncido: “¡Siquiera sabes como bailar!”.

“¡Como no voy a saber como bailar! ¡Solo buscas una excusa para pisarme!”.

Otra pareja con sus respectivas máscaras llegó y bailó junto a ellos.

Harrison no había notado a la pareja ya que estaba ocupado quejándose: “Mira lo bien que está bailando la gente”.

Cherie respondió: “Sí, ¡eso es porque la persona es una mujer!”.

Justo cuando estaban dando la vuelta, el cuerpo de Cherie giró hacia fuera. Sin embargo, una mano grande le agarró el brazo e inmediatamente fue llevada hacia su pecho.

Ella tropezó y cayó en el pecho del hombre.

Ambos pares de ojos se encontraron bajo las máscaras.

Uno estaba completamente sorprendido mientras que el otro parecía cálido y cariñoso.

El hombre abrazó su suave espalda, se inclinó y le susurró un elogio en la oreja: “Te ves hermosa hoy”.

Era la voz de Boyle.

Cherie se sorprendió cuando extendió su brazo y quiso alejarlo. Sin embargo, Boyle la estaba sosteniendo con sus grandes manos mientras le susurraba con una suave voz profunda: “Si me apartas en público, sería extremadamente humillante para mí”.

Cherie se quedó sin palabras.

“Por lo menos terminemos el baile, ¿de acuerdo?”.

Cherie se quedó sin palabras.

Boyle parecía molestarla al tocarla durante todo el baile de tango. Cada vez que Cherie parecía no cooperar, él la levantaba y le daba una vuelta.

El hombre la cargó por la cintura, la levantó alto sobre su cabeza y le dio una vuelta mientras hacían el tango.

Sin embargo, la vuelta parecía estar sucediendo muy frecuentemente.

Ella se sintió mareada de eso.

El tango finalmente se acabó cuando Cherie escapó de inmediato de los brazos de Boyle antes de salir del baile apresuradamente.

Boyle sonrió y fue tras ella.

Cherie se quitó la máscara de mariposa cuando salió del salón.