Devoción apasionada: la querida esposa del Maestro Fudd romance Capítulo 911

Boyle se sentó allí solo y quedó completamente horrorizado por mucho tiempo.

La noche anterior le había parecido una pesadilla agonizante.

Parecía que el hecho de haber visto esos videos lo había sacudido hasta lo más profundo de su corazón. Sin embargo, todo eso no era nada en comparación con lo que Cherie tuvo que pasar.

Su pecho se sentía extremadamente apretado.

El celular que estaba junto a su computadora sonaba sin parar. Era el celular de Cherie.

El identificador de llamadas mostraba que era de la casa de la familia Fudd.

Lo más probable es que ellos estaban llamando para recuperar su celular.

Mientras Boyle miraba la pantalla que brillaba, él respiró hondo varias veces antes de finalmente reunir el valor suficiente para contestar la llamada.

Sin embargo, se dio cuenta de que no sabía qué decir luego de contestar la llamada.

Cherie no fue con rodeos cuando preguntó directamente: “¿Fuiste tú quien tomó mi celular cuando lo dejé junto a la fuente anoche?”.

Boyle hizo todo lo posible por contener su voz temblorosa mientras simplemente murmuraba: “Sí”.

Después de eso, se recompuso y dijo: “Si lo quieres de regreso, puedo devolvértelo en tu casa”.

“No hay necesidad de eso. Pasaré e iré a buscarlo más tarde”.

Ella tenía miedo de que él iniciara un problema innecesario con sus padres si ellos lo veían.

Cherie inmediatamente colgó la llamada después de que ella terminó de hablar.

Boyle no salió de su trance de inmediato, ya que parecía estar escuchando el tono ocupado de cuando terminó la llamada mientras seguía agarrando el celular. Él parecía estar mirando a la nada con una mirada en blanco en su rostro.

‘Cherie’.

Él se preguntó cómo podría enfrentarse a Cherie en ese momento.

¿Cómo podría él todavía tener el coraje de seguir aferrándose a ella y usando trucos baratos y descarados para llamar su atención después de ver todas esas dolorosas grabaciones que ella hizo?

Al igual que ella, Boyle se sintió responsable y encadenado por su propia culpa. Parecía como si esas cadenas estuvieran completamente ensangrentadas mientras su piel estaba siendo desgarrada sin poder evitarlo. Era sangriento imaginarlo.

...

En la entrada de su villa.

Cherie entró de inmediato.

Huesudo estaba acostado en los estantes de libros cuando entró Cherie. Maulló repetidamente, pero parecía que no había nadie en la sala de estar en ese momento.

Cuando Huesudo notó que Cherie había llegado, saltó de los estantes, corrió hacia ella y comenzó a acariciarle los tobillos.

Cherie se agachó y cargó a Huesudo en sus brazos mientras le preguntaba: “¿Dónde está tu papá? ¿Te dejó solo aquí?”.

“Miau”.

Tenía hambre y parecía que no había comido en toda la noche. Su padre lo ignoraba y cuando corrió hacia el estudio, se dio cuenta de que la puerta estaba cerrada.

Boyle no salió de su estudio en toda la noche.

Huesudo se acarició contra el cuerpo de Cherie y, después de sentirse un poco mejor, saltó de sus brazos y subió las escaleras.

Cherie siguió a Huesudo.

Cuando Huesudo llegó a la puerta, comenzó a arañar la puerta con sus pequeñas garras regordetas.

Justo cuando Cherie estaba a punto de tocar la puerta, la puerta se abrió de repente.

Ella lo miró a él.

Cuando sus ojos se encontraron, Cherie pudo ver las venas rojas envolviendo completamente sus ojos mientras él parecía un completo desastre. Incluso tenía algunas manchas en la barbilla.

No estaba vestido con la ropa normal de la casa y, en cambio, llevaba su ropa formal. Su camisa blanca se veía severamente arrugada; era un cambio de carácter completo de su habitual limpio y ordenado ser.

Parecía como si no hubiera dormido en toda la noche.

Cherie se sorprendió por un segundo y supuso que él pasó toda la noche trabajando.

Boyle estaba junto a la puerta mientras la miraba intensamente.

Aunque Huesudo estaba acariciando su pierna, no pareció reaccionar y todo lo que hizo fue mirarla en silencio.

Había muchas emociones encontradas en sus ojos.

Cherie instintivamente apartó sus ojos de su mirada y preguntó: “¿Dónde está mi celular?”.

Boyle le devolvió el celular.

Cherie se acercó un poco más a él y justo cuando estaba a punto de agarrar su celular, Boyle rápidamente la agarró del brazo e inmediatamente la abrazó con fuerza.

El abrazo fue extremadamente fuerte.

El hombre la apretó con sus fuertes brazos como si quisiera fusionarla con su propio cuerpo.