Devoción apasionada: la querida esposa del Maestro Fudd romance Capítulo 916

Heaton llamó a Cherie a su estudio, y ambos se sentaron mirándose uno al otro.

“Papá, ¿hay algo que me quieras decir?”.

Heaton rara vez la llamaba al estudio para tener una conversación.

Desde pequeña, su padre solo la reprendía y la sermoneaba cuando ella cometía un error.

Era la primera vez que ella tendría una conversación tan solemne con su padre.

Heaton respiró hondo y confesó: “Yo… una vez hice algo a tus espaldas”.

Cherie abrió mucho los ojos. Al estar perpleja, ella preguntó: “¿Qué fue lo que hiciste?”.

“Hace siete años, después de saber que estabas saliendo con Boyle, tenía miedo de que él tuviese malas intenciones, así que investigué sus antecedentes. De ahí, me enteré de que el padre de Boyle, Hanson, era un secuestrador y descubrí que la pequeña niña que él una vez secuestro eras tú”.

Heaton miró atentamente a su hija mientras decía la verdad.

Debajo de la mesa, Cherie apretó el dobladillo de la camisa con fuerza. Ella permaneció en silencio, esperando que su padre elaborara más el asunto.

Heaton continuó: “Cuando Hanson fue liberado de prisión en aquel momento, yo tenía miedo de que, si él descubría que tu estabas saliendo con su hijo, él buscaría una oportunidad para acercarse a ti y secuestrarte de nuevo para amenazarnos por dinero. Por el bien de tu seguridad, volé a la capital y me reuní con Boyle para hablar de esto”.

“Conozco bien tu temperamento obstinado y, de hecho, se parece al mío. Lo más probable es que estuvieras reacia a romper con Boyle e ir en nuestra contra si supieras la verdad. Por eso, solo pude hablar con Boyle sobre esto. En aquel momento, Boyle estaba involucrado en las malas noticias que su padre había iniciado. Él estaba abatido, así que sentí que era correcto de mi parte sugerirle sobre romper contigo”.

Ella estaba boquiabierta debido al sentimiento abrumador. “Entonces… ¿él estuvo de acuerdo?”. Cherie preguntó con vacilación.

“Le dije que tú eras la pequeña niña que su padre secuestró, y eso lastimó su autoestima. Él se sintió culpable contigo y ya no tenía el coraje para continuar estando en la relación. Por eso, aceptó terminar la relación”.

La habitación se quedó en silencio.

Heaton continuó: “Cuando estabas acostada en la sala de operaciones debido al aborto espontáneo, él vino, pero yo lo eché. Como padre, sabía que todavía eras joven en ese entonces y que él no debió dejarte embarazada. Por eso le dije que no tenía derecho a quedarse afuera de la sala de operaciones para esperarte. En cuanto a lo que sucedió más adelante, estás al tanto de ello”.

Cherie no pronunció ni una sola palabra en todo ese tiempo.

“Incluso si me odias por todo lo que ha sucedido, yo aún haría lo mismo si estuviera en la misma situación de nuevo. Para mí, tu seguridad es mucho más importante que tu felicidad. El único error que hice fue no discutir este asunto contigo y pensar que ese Boyle no es una persona confiable”.

Cherie sollozo. Ella levantó la cabeza y miró a Heaton. “Papá, no te culpo”.

Su padre siempre estaría de su lado y haría lo que fuera lo mejor para ella. Ella lo sabía.

Heaton sonrió y le acarició el cabello con suavidad. “Me alegro que entiendas mis acciones. Porotita Dulce, soy el que más desea que estés feliz en este mundo. Si no estuvieras feliz por la decisión que hice, me culparé por el resto de mi vida”.

Lágrimas fluyeron por las mejillas de ella, y miró a Heaton con ojos llorosos. “Papá…”.

Heaton se puso de pie y caminó hacia Cherie. Él luego la sostuvo en su abrazo.

Él le acarició el cabello y la consoló. “No llores, Porotita Dulce. Siempre te amaré y estaré a tu lado cuando me necesites”.

Cherie enterró su cara en su pecho, y las lágrimas fluían incontrolablemente por sus mejillas.

En este mundo, nada podía superar el amor incondicional de un padre.

En el pasado, ella había tenido muchísimo amor y cuidado de su padre. Ella era traviesa y descuidada y aun así, su padre se disculpaba con ella por cada error que él hacía.

Ella era muy inmadura. Todo fue culpa suya.

…

Media hora después, Heaton salió del estudio, dejando a Cherie atrás.

Él quería darle algo de espacio y dejarla organizar sus pensamientos.

Verian estaba parada afuera de la habitación ansiosamente. Cuando Heaton salió de la

habitación, ella echó un vistazo adentro.

“¿Cómo está Porotita Dulce?”.

“Ella no nos culpó y se comportó con una calma inusual todo el tiempo. Me duele verla de esa

manera”.

Los ojos de Verian se enrojecieron. “Ella ha madurado en los últimos años. Prefiero que

sea inmadura y desahogue su enojo y dolor hacia nosotros”.

Heaton la consoló. “Porotita Dulce está enferma ahora. Todo estará devuelta a la normalidad

cuando se recupere de su enfermedad”.

“¿Todo volverá a la normalidad?”.

Heaton estaba inseguro sobre eso también.

Aunque no era un doctor, él sabía lo difícil que era tratar enfermedades psicológicas como el

trastorno depresivo mayor que tenía Cherie.

Sin embargo, Heaton le aseguró firmemente. “Lo estará. De seguro lo estará”.

…

Aproximadamente media hora después.

El grito de Harrison resonó en la casa.

Heaton y Verian fruncieron el ceño por el grito. Ellos no sabían lo que acababa de suceder.

Harrison estaba de pie junto a la ventana francesa, mirando al Porsche 911 rojo que salía a toda velocidad de la

casa.

“¡Oh no! ¡Hermana se está yendo a toda velocidad de nuevo!”.