Devoción apasionada: la querida esposa del Maestro Fudd romance Capítulo 987

Dos semanas después, Cherie se topó con Layla mientras estaba de compras en un centro comercial.

Hector y Layla estaban de compras para su boda en el centro comercial.

Hector fue quien se acercó y la saludó primero: “Hola Cherie, ¿viniste sola? ¿Boyle no te vino a acompañar?”.

Cherie respondió: “Hoy ni siquiera es fin de semana, así que ¿cómo podría estar libre? Boyle ni siquiera está de vacaciones y tú ya estás de vacaciones, Hector. ¿Faltaste al trabajo?”.

Hector había sido contratado para trabajar como gerente de finanzas para el Grupo MO por casi un año.

Hector se rio entre dientes mientras miraba a Layla que estaba cerca y dijo: “¿No nos vamos a casar pronto? Boyle me permitió tomar un descanso para preparar mi boda”.

“¿Ustedes se van a casar pronto?”.

Hector respondió: “Sí, hemos estado saliendo por medio año y ya hemos conocido a nuestros padres, así que nos estamos preparando para nuestra boda”.

Layla se acercó y abrazó el brazo de Hector cuando dijo: “¿Por qué no almorzamos juntos ya que ya nos hemos encontrado?”.

Cherie no los rechazó, ya que ser la tercera rueda para Layla y Hector no la molestó en absoluto.

Casualmente, ella estaba sola y hambrienta.

Ellos eligieron un restaurante que servía bistec. Cherie no había comido bistec en mucho tiempo y tenía muchas ganas de comerlo.

Ella pidió un bistec término medio.

Hector fue al baño mientras esperaban que les sirvieran la comida, dejando a Layla y a Cherie en la mesa.

Layla sacó una invitación de boda de su bolso y dijo: “Ya que nos encontramos, te entregaré la invitación primero. Hector y yo nos vamos a casar”.

Layla le entregó una invitación roja con un intrincado diseño a Cherie.

Cherie aceptó la invitación y preguntó de forma directa: “¿De verdad te gusta Hector?”.

Layla estaba sorprendida porque no esperaba que Cherie le preguntara eso.

Cherie dijo: “Vacilaste. ¿No te gusta?”.

Layla miró a Cherie como si estuviera mirando a una niña cuando se rio entre dientes, negando la cabeza y dijo: “No, solo pensé que como siempre has vivido en tu propia burbuja, no te preocupabas por los demás. Me sentí un poco incómoda cuando de repente me preguntaste por Hector”.

“¿No puedo preguntar? Hector sigue siendo un buen amigo de Boyle y, ¿no debería preocuparme por sus asuntos?”.

Layla se rio entre dientes y bebió un sorbo de limonada antes de decir: “Claro”.

“Aún no me has respondido. ¿Te gusta Hector?”.

Layla miró atentamente a Cherie antes de decir: “Oh, no te preocupes. Ya he perdido el interés en Boyle hace mucho tiempo. La persona que realmente amo en este momento no es otro que Hector”.

Cherie hizo un puchero con los labios y dijo: “No tengo miedo de que te acerques a Boyle. Nunca pensé en ti como una potencial competidora en ese entonces. Sabes, solo pensé que Hector es un tipo muy bueno y si de verdad no te gusta, bueno, eso será muy triste para él”.

Layla soltó una carcajada lastimera y dijo: “Piensas demasiado de mí. En los siete años que terminaste con Boyle, él había estado trabajando duro en Nueva York. Viajaba mucho a Nueva York para visitarlo. Ya sabes, a pesar de que no hablábamos de nuestras vidas románticas, hablar solo del trabajo era suficiente para hacerme feliz. Una vez pensé que incluso si él no podía olvidarse de ti temporalmente, yo tenía muchas cosas en común con él y siempre había estado a su lado para hablar sobre el trabajo. Incluso si no podía ser su novia, con ser su amiga ya era suficiente para mí. Pensé que poco a poco iría perdiendo interés en ti después de un tiempo y que poco a poco podría desarrollar sentimientos por mí. Sin embargo… subestimé su obsesión por ti. Poco después, descubrí que su aventura en Nueva York fue todo por ti”.

“Cherie, eres como un tatuaje permanente en su corazón. Una vez me rebaje tanto solo para ir tras él. Pensé que, si podías hacer eso sin ningún esfuerzo, no hay razón para que yo no pueda hacer lo mismo. Sin embargo, me di cuenta de que el hombre no tenía absolutamente ningún sentimiento hacia mí. Él solo hablaba sobre el trabajo, la economía y los riesgos en el mercado de valores cuando estaba conmigo. A veces, tenía muchas ganas de hablar sobre la vida con él e incluso si solo estuviéramos hablando de ti, también estaría bien para mí”.

“Si te mencionaba o hablaba de ti por su cuenta, demostraría que ya comenzó a aceptar y dejar ir el pasado, pero nunca lo hizo”.

“Cherie, sé que eres una persona muy buena. Eres hermosa, inteligente y tu familia es realmente poderosa. Sin embargo, tienes una personalidad bastante mala. Eres rebelde, pegajosa e inmadura. Sin mencionar que le causas problemas a Boyle. Siempre he pensado que tú y Boyle no son compatibles. Solía ​​pensar que los dos se divorciarían poco después de su matrimonio”.

Cherie respondió con un tono despreocupado: “Pero los defectos que mencionaste nunca fueron defectos en los ojos de Boyle”.

“Sí, a los ojos de Boyle, tu arrogancia, apego y tu rebeldía son todas buenas cualidades. Él ama todo eso. A veces, me consolaba diciéndome a mí misma que Boyle tenía mal gusto y que se merecía todas las luchas por elegir a una mujer como tú”.

Cherie respondió: “Dices que a veces la gente tiene ganas de golpearme con la forma en que digo las cosas. Honestamente, la forma en que dices las cosas realmente hace que la gente también sienta ganas de golpearte, sabes”.

“¿No he dicho la verdad? Cherie, ¿te atreves a afirmar que no eres rebelde, pegajosa o arrogante?”.

Cherie respondió: “Boyle me dijo que puedo ser lo rebelde que quiera para siempre. A él le gusta cuando actúo como una niña. En cuanto a la arrogancia, él ya está acostumbrado. No obstante, en cuanto a que soy pegajosa, incluso si no me aferro a él, él se aferraría a mí”.

Layla bromeó: “Por eso he perdido. No es porque no sea tan excelente como tú, Cherie. He perdido por la forma en que Boyle te consiente. Cherie, de verdad espero que al menos te sientas amenazada en tu matrimonio con Boyle en el futuro”.

Cherie respondió con un tono despreocupado: “Bueno, será cuando Boyle muera antes que yo”.

Layla pensó: '… Tú ganas'.