Diario de una Esposa Traicionada romance Capítulo 1063

Leticia, con una sonrisa radiante, acompañó a la pareja hasta el elevador.

Al regresar a casa, empezó a recoger la ropa que estaba desparramada por el suelo.

Apenas había levantado una prenda cuando una mano huesuda y definida se la quitó.

La ayudaron a llegar hasta el sofá para que se sentara.

Leticia no pudo evitar reírse, "¿No había salido todo bien en los análisis? Es solo colgar ropa, no es como si no pudiera hacerlo."

Siempre cuidada de esa manera, se sentía casi como una inútil.

"Y tú, que ahora estás a cargo de la empresa familiar, ¿no tienes que ir a trabajar? No andes todo el día detrás de mí."

Ander colgó la ropa en un perchero móvil y la llevó al estudio.

Al escuchar sus palabras, su expresión cambió ligeramente.

"¿Ya te cansaste?"

Camilo y él eran verdaderos compadres.

Leticia acababa de escuchar a Cloé quejarse de que no podía alejarse ni un momento sin que la acusaran de estar harta.

"Mirar siempre a la misma persona, puede ser, ¿no?"

Leticia lo provocó a propósito, "A veces, la distancia es la chispa del amor; incluso entre parejas, se necesita un poco de novedad."

Sin embargo, Ander entendió la "novedad" de una manera diferente.

Él asintió y ella no le dio más vueltas al asunto.

El sueño la venció y se fue a dormir.

Ander le pidió a Nacho que se encargara de algo.

Luego le pidió a Julio que cuidara la puerta y salió un rato.

Leticia, en esos días, dormía de manera intermitente.

Al rato, sintió sed y se levantó a tomar agua.

Pero no vio a Ander por ningún lado.

Al salir del dormitorio, escuchó el sonido del agua en el baño.

Miró la hora.

¿Qué hacía bañándose a esta hora?

Cuando terminó de beber y regresó al dormitorio, el cuadro que encontró le hizo entender todo al instante.

Este desgraciado, ¿así que eso entendió por "novedad"?

Ander la vio parada en la puerta del dormitorio y se acercó paso a paso.

Le entregó el látigo de cuero que tenía en las manos, esperando que ella lo tomara mientras la guiaba suavemente al interior y cerraba la puerta del dormitorio.

Leticia entrecerró los ojos, observándolo de arriba abajo y de abajo arriba.