Diario de una Esposa Traicionada romance Capítulo 1076

En esos días, me encontraba sin trabajo y, sinceramente, no conocía bien Villa de las Flores. Valverde de la Sierra, el lugar que me era familiar, tampoco me incitaba a regresar. Así que me dedicaba a deambular sin rumbo fijo, dejando que el tiempo pasara sin prisa. José Luis, siempre a una distancia prudente, me seguía de cerca, manteniendo a Óscar al tanto de mis movimientos.

Caminé un rato hasta que encontré un lugar donde servían tamales y me tomé un respiro en una banca al lado de la calle. Luego, decidí tomar un vuelo a Villa del Mar. En esta temporada, ya había fotografiado toda la fauna rara que había podido encontrar. Aparte de la sesión de fotos en la alfombra roja que mencionó Liam, no tenía otros compromisos.

No quería que Liam supiera de mis movimientos, así que evitaba preguntar en el grupo de trabajo. Necesitaba espacio para pensar. Leticia me había comentado que quería hacer una sesión de fotos con la ropa de Nancy & Dorcy, y eso me daba la excusa perfecta para hablar con ella y aclarar mis ideas.

José Luis, astuto como siempre, me siguió hasta el aeropuerto. Intuía que me dirigía a Villa del Mar y compró un boleto para el mismo destino. Al llegar al control de seguridad, confirmé sus sospechas cuando entré por la puerta que llevaba a mi vuelo.

Óscar, mientras tanto, mantenía a Ander informado de mis decisiones: "¿Hay algo en lo que necesites ayuda últimamente?" Ander respondió con sequedad: "No, gracias." Óscar insistió: "Podemos llevar cuentas." Pero Ander, con un tono más personal, contestó: "No puedo controlar a mi esposa, así que ni lo intentes."

"¿No puedes mostrar un poco de solidaridad entre hermanos?" Óscar escribió, frustrado. Ander, con una sonrisa casi audible, replicó: "Yo valoro a la esposa que tanto me costó conseguir, a diferencia de ti." Óscar se mordió la lengua, deseando que la pantalla de su celular se rompiera con cada letra que escribía.

"Si hasta un asesino puede defenderse sin culpa, ¿por qué no puedo tener yo una segunda oportunidad?" insistió Óscar. Ander, imperturbable, le recordó: "Decírselo a mí no sirve de nada, no soy yo quien tiene el corazón roto."