Diario de una Esposa Traicionada romance Capítulo 1087

El teléfono se cortó de golpe.

Él supuso que, en menos de tres horas, el señor estaría presente.

Y así fue. Cuando acompañaba a Selena al aeropuerto, se topó con Óscar, quien llegó apresuradamente.

Selena no deseaba quedarse más tiempo. En cuanto envió las fotos, partió de inmediato.

La aparición de Óscar no la sorprendió en absoluto.

José Luis iba tras ella, sabiendo que ella lo había previsto.

"¿Qué onda? ¿Te sientes bien?", preguntó Óscar, preocupado, mientras tomaba la mano de Selena y la examinaba con detenimiento.

Al ver las marcas rojas en su muñeca, sus ojos se llenaron de furia.

José Luis se apresuró a decir: "Ya nos encargamos, no la va a pasar nada bien".

Pero el rostro de Óscar seguía sombrío. Tomó a Selena del brazo, llevándola hacia la sala VIP.

Selena no quería ir. Con un movimiento brusco, se soltó.

Para su sorpresa, lo que antes era una prisión inquebrantable, esta vez fue fácil de romper.

Observó con asombro cómo Óscar caía al suelo, su abdomen cubierto de sangre.

En ese momento, Julio se acercó con movimientos precisos y rápidos, atendiendo la herida de Óscar y conectándole un suero.

No había dónde colgar el frasco.

Julio lo sostuvo, metió la otra mano en el bolsillo y, con indiferencia, le dijo a Selena:

"No se va a morir".

Selena, sin embargo, pensó que en ese momento él no parecía un médico.

Sosteniendo el frasco, parecía más bien un ángel de la muerte, esperando a que Óscar exhalara su último aliento para llevarse su alma.

"No tienes que decirme nada, yo no tengo nada que ver con él", dijo ella antes de dirigirse a la puerta de embarque.

Julio la detuvo de repente, "Cuñadita".

Selena apenas se detuvo un segundo, sin detenerse por mucho tiempo, y luego siguió caminando.

Julio comentó fríamente, "¿Sabías que está enfermo?".

"Enfermedad mental".

Selena no se detuvo ni un instante, avanzando decididamente hacia la seguridad.

Julio, sorprendido, levantó ligeramente una ceja, la primera vez que su rostro inmutable mostraba alguna emoción.

Tan cruel.

Parece que realmente lo había dejado de amar.

...

Selena se sentó junto a la ventana.