Diario de una Esposa Traicionada romance Capítulo 310

De repente, me giré, justo cuando David se acercaba con una expresión de molestia y a grandes pasos.

"Cloé."

Asentí con la cabeza: "David".

Al verlo, Gonzalo cambió de color instantáneamente y temblando dijo: "Presidente Guzmán, presidente Guzmán ¿cómo que usted también está aquí?"

Evidentemente, le tenía miedo de David.

David me miró de arriba abajo, asegurándose de que yo estuviera bien y luego su mirada se posó en Gonzalo preguntándole: "¿Tan rápido olvidaste lo que te dije?"

"¡De ninguna manera!"

Gonzalo negó vehementemente, mostrando una sonrisa servil y cautela:, "Yo, yo solo venía a ver a mi esposa, y justo esta niña estaba aquí".

Viendo lo asustado que estaba Gonzalo de David, presioné para saber más: "Lo que acabas de decir, ¿qué significa exactamente? No me digas otra vez que solo lo mencionaste al pasar".

David también había escuchado esa frase.

Gonzalo se encogió, evitando la mirada de mi tía, y finalmente dijo: "Eso que..."

"Mejor que digas la verdad."

Gonzalo bajó la cabeza, como evitando algo y luego dijo: "Yo... solo no quiero divorciarme. ¡Eso fue lo que inventé al azar!"

"¡Imposible!" ¡No lo creía!

Decir algo al azar, tenía muchas cosas que podría haber inventado, ¿por qué justo eso? Y además, lo mencionó una y otra vez.

Mi tía lo miró con severidad y luego me aconsejó: "Cloé, no tomes en serio sus tonterías, solo está tratando de presionarme para que no me divorcie de él..."

"Exacto, exacto." Gonzalo asintió frenéticamente.

En el camino de regreso, todavía estaba algo distraída. No estaba segura de qué pensar sobre eso. Desde pequeña, mi tía siempre había sido buena conmigo y no tenía razón para mentirme. Además, Gonzalo tenía tanto miedo de David, que probablemente no seguiría mintiendo.

De repente, David habló, "¿En qué estás pensando?"

Apuré los labios y solté: "Estoy pensando en cómo puedo aclarar este asunto."

Fuera mentira o... la verdad, necesitaba saberlo claramente. De lo contrario, no me sentiría tranquila.