Diario de una Esposa Traicionada romance Capítulo 347

Mi corazón de repente comenzó a sentir una amargura inexplicable. Como si algo me hubiera picado sin previo aviso. Extendí mi mano hacia la puerta, y con voz fría le dije: "¡Fuera!"

"¿Cloé, quién te ha consentido tanto? ¿No podemos hablar con calma?"

"¿Acaso tú hablaste con calma?"

Lo miré desafiante y le pregunté: "¿Con qué derecho me criticas? ¿Tu prometida no debería estar contigo? ¿Qué haces buscándome?"

"¿Aun estando borracha, tus espinas sigues sin suavizarse?"

Él rozó su barbilla con la punta de la lengua, y al final, soltó una risa baja, como resignándose, se agachó frente a mí y su tono de voz se suavizó: "Está bien, fui yo quien se apresuró y no habló correctamente contigo, acepto el castigo."

Inconscientemente le pregunté: "¿Qué castigo?"

Levantó una ceja, provocadoramente dijo: "¿Que me des otro beso?"

Fue entonces cuando noté que sus orejas estaban completamente rojas.

Sacudí mi cabeza, intentando no dejarme controlar por el alcohol, y lo miré tratando de mantenerme lúcida mientras le preguntaba: "¿Cómo has venido?"

"Vine a darte una explicación."

Fruncí el ceño: "¿No lo habíamos aclarado todo anoche?"

"Eso es lo que tú creías."

Camilo sirvió un vaso de agua tibia para mí, y después de enviar un mensaje con su móvil, continuó hablando: "Ya la he enviado de vuelta a la familia Monroy. Cloé, antes de decirte anoche que no esperaría por ella, ya lo tenía claro, llámame mujeriego si quieres, pero la verdad es que me he enamorado de ti."