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Diario de una Esposa Traicionada romance Capítulo 395

Allí, cerca de la Ventana del Mundo, aparte de Omar, también había un tal señor Parras, nunca lo había visto. Pero había escuchado a Isaac hablar por teléfono con él un par de veces, parecían tener una amistad de esas que se forjan en momentos difíciles, Isaac confiaba mucho tanto en él como en Omar.

"Bueno, como quieras." Asentí pensativa, luego le recordé: "Pasado mañana deberíamos ir a buscar el certificado de divorcio, no olvides hacer un espacio en tu agenda."

Sus oscuros ojos brillaron por un momento, se rio de sí mismo con un tono algo amargo: "¿Estás contando los días que quedan conmigo?"

"Se podría decir." Le respondí sin ocultar nada.

Isaac bajó la vista, sus largas pestañas cubrieron sus ojos, y sus labios se tensaron en una línea recta dejando salir unas pocas palabras de resignación: "Está bien, como tú digas."

Lo corregí: "No es lo que yo diga. Isaac, esto es algo en lo que ambos ya estábamos de acuerdo, no es cuestión de que uno obedezca al otro."

Me miró en silencio, y al final, soltó un suspiro: "¿Alguna vez fui así contigo?"

"¿Cómo? ¿Te refieres a ser distante, superficial o falso?" Le pregunté y tomé un sorbo de café antes de contestar: "Tranquilo, no tengo por qué ser falsa contigo."

Lo que al principio imaginé sería una despedida digna, había llegado a ese punto, donde la palabra "dignidad" ya no tenía nada que ver con nosotros.

Isaac se quedó paralizado, mirándome fijamente, dudando una y otra vez, finalmente preguntó: "¿Cuándo dejaste de quererme, incluso un poco?"

Me quedé pensativa, tantos recuerdos pasaron por mi mente: caóticos, dolorosos... Sacudí la cabeza buscando la respuesta adecuada:

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