Diario de una Esposa Traicionada romance Capítulo 453

Sin embargo, hacía dos años, nunca lo había visto fumar. Tampoco había olido el humo del tabaco en él. Supuse que debía haber sido realmente duro. El hombre besaba con ternura y pasión, como si fuera la primera vez, queriendo derramar todo su ardor en una sola persona.

Me sentí tambalear, y solo gracias a su mano en mi cintura, pude mantenerme de pie.

Pareciendo darse cuenta, me abrazó, retrocediendo mientras me besaba, y al sentarse en el sofá, sus manos firmes tomaron mis piernas, pidiéndome sentarme encima de él. Entonces, sujetando mi cuerpo, me besó con toda la pasión del mundo.

“Camilo...” Me costaba respirar.

“¿Te sientes mal?”

El hombre me dio un momento para respirar, y al siguiente, volvió a la carga, mientras su otra mano iba deslizándose bajo mi falda lentamente hacia arriba con sus callosas palmas frotando mi piel. Finalmente, llegaron a mi pecho, apretándolos suavemente y dejándome sin palabras. Pero sus besos, siempre eran a través de la tela.

Camilo continuó con sus caricias, besando mis labios nuevamente y sus ojos ardían con deseo controlado: “Cloé, Cloé...”

Su voz era ronca: “Tu ciclo menstrual, siempre elige el momento."

Mis mejillas ardían aún más: “Siempre viene en este momento, no hay nada que pueda hacer.”

“No importa.”

Su mirada era profunda y su voz baja: “Esperar. Cloé, si hay algo en lo que soy bueno, es en esperar.”

Mis dedos se enredaron en su cabello, besando suave su ceño, usando un apodo que nunca me gustó de niña: “Cami, gracias.”

Él se sorprendió visiblemente y una mezcla de asombro y placer apareció en sus ojos preguntándome: “¿Cómo me llamaste?”

“¿No escuchaste?”

“No, eso no.”

Pellizcó un poco mi cintura y dijo: “Las últimas dos palabras, dímelo otra vez.”

“Pensé que no te gustaba que te llamaran así.” Traté de contener mi risa mientras le preguntaba a propósito.