Diario de una Esposa Traicionada romance Capítulo 649

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Era como una flor marchita por una tempestad.

"¡Mamá!" Corrí hacia ella y tomé su mano.

Mi madre me acarició la cabeza y tardó un rato en hablar: "Mamá te ha fallado, te ha fallado a ti y a tu abuela."

"Mamá, esto no tiene nada que ver contigo."

Observé las heridas en su cuerpo y fruncí el ceño, "Pero, ¿cómo te lastimaste tanto?"

"Comparado con la muerte de tu abuela, esto es solo una herida menor."

Mi mamá no lo consideró importante, pero suspiró con culpa: "Siempre he pensado, si no hubiera organizado esa fiesta, quizás no les habría dado la oportunidad, y ni tú ni tu abuela habrían..."

"¡Mamá!"

La interrumpí seriamente, secándole las lágrimas, "Sin importar si organizabas esa fiesta o no, nosotros estamos expuestos y ellos ocultos, es imposible estar siempre a salvo. Así que, realmente no tiene nada que ver contigo, ¡no debes pensar así!"

Mi mamá me miró con dolor, yo apreté su mano, y la llevé de vuelta a la habitación del hospital.

"Mamá, también estás herida, descansa bien. Tengo que llevar a la abuela al crematorio, para que descanse en paz."

Mi mamá preguntó preocupada: "¿Y tú? ¿Cómo estás?"

"No te preocupes, estoy perfectamente bien, no me pasa nada..."

Al oír esto, parece que finalmente se tranquilizó y se desmayó de repente.

Mi tío llegó justo a tiempo, y rápidamente la sostuvo, "Tu mamá también está bastante lastimada del incidente en el escenario, temo que ya no podrá volver a usar vestidos de gala, pero no lo digo con otra intención, solo estoy exponiendo los hechos."

"Además, cuando tu mamá se enteró de tu desaparición, de la muerte de tu abuela, no ha dormido, y también tiene fiebre."

Acababa de notar que la temperatura de la mano de mi mamá estaba mal, pensé que era solo por la inestabilidad emocional, por estar demasiado agitada.

"Ella también necesita descansar, cuando despierte, la llevaré a asistir al funeral."

Mi tío terminó de hablar, llevándose a mi mamá. Al llegar a la puerta, le dijo a Camilo: "No olvides mencionar lo otro."

Después de que se fue, miré a Camilo, "¿Qué es?"

Camilo no dijo nada, solo me llevó de vuelta a la morgue, abriendo el compartimento contiguo.

Al abrirse la cremallera, vi el rostro de Luis Monroy.

¡Mi cuerpo se tensó de inmediato!