Diario de una Esposa Traicionada romance Capítulo 715

715 /1452

"Ander..."

Su voz sonaba lastimera, con un sollozo contenido, "Nunca quise causarte problemas, pero ya no tengo a nadie más. Si tú no puedes estar conmigo, solo me queda pedirle a mi madrina que me cuide. No quiero estar sola en momentos así."

"Aunque solo sea una herida menor, estoy realmente asustada."

"No me gusta estar sola en el hospital, tú lo sabes."

Laura había vuelto a México porque su abuelo estaba gravemente enfermo.

Había pasado la mayor parte del tiempo cuidándolo en el hospital, y fue por eso que acabó en su habitación.

Su abuelo había sido chofer de Renato toda su vida. Además, Renato la había enviado al extranjero por tanto tiempo, separándola de su abuelo por tantos años, impidiéndoles vivir y acompañarse el uno al otro.

Por eso, terminó siendo tratado en una habitación VIP del hospital. Pero no pasaron muchos días antes de que falleciera.

Laura, habiendo enfrentado tiempos difíciles en el extranjero, regresó a México para despedirse de su abuelo en un lugar saturado de olor a desinfectante, lo que inevitablemente la llenaba de tristeza.

Además, ella y su abuelo habían sido todo el uno para el otro, no tenía a nadie más. La única familia que le quedaba había partido del hospital, y eso la hacía odiar aún más ese lugar. Pero gracias a Ander, había visitado el lugar más veces de las que hubiera querido.

Ander sentía una deuda con Laura.

Si no hubiera sido por él, su abuelo nunca habría enviado a Laura al extranjero.

Aunque él intentó explicarlo en su momento, su abuelo no quiso escuchar y estaba decidido a enviarla lejos.

"Descansa, yo me quedaré aquí contigo."

Los ojos de Laura se iluminaron, brillando con lágrimas, su frágil cuerpo envuelto en las cobijas, palideciendo al compararse con el blanco de estas, parecía un perrito sin hogar esperando a que alguien de buen corazón lo llevara para cuidarlo bien.

"Ander, ¿de verdad no te irás?"

Ander realmente no podía soportarlo, su voz se suavizó, "Mhm, no me iré."

Laura cerró los ojos. Incluso si él se fuera, ya había logrado su objetivo.

No había sido en vano lastimarse el brazo hasta fracturárselo.

...