Diario de una Esposa Traicionada romance Capítulo 783

Pero Laura no se quedaba quieta, extendía su mano hacia Ander con obstinación.

En ese momento, Ander aún se preocupaba por Leticia, el no poder estar a su lado ya era suficiente tormento.

Y la causante de todo esto era Laura, él había vuelto para quedarse con el niño, solo para no seguir siendo amenazado por ella con este asunto.

"Mi paciencia tiene un límite, Laura, no es que no pueda hacer nada contigo, solo quiero darte una prueba que te deje sin palabras."

"No pienses que puedes manipularme completamente con esto."

La mano de Laura cayó, y con ella, sus lágrimas, sus pestañas temblorosas cubriendo la oscuridad en sus ojos.

Si hubiera sido Leticia, él nunca hubiera dicho esas palabras.

Ella ya sabía, Leticia había sido herida y estaba en el hospital, Camilo lo había llevado a ver a Leticia.

Si no hubiera sido por sus artimañas para hacerlo volver, esa atención incesante probablemente habría hecho que sus sentimientos se intensificaran.

En ese momento, presionado, Ander podría haber llegado a un punto de no retorno.

"Manuela, le pido su ayuda."

"Señorita, está hablando de más." Manuela ayudó a Laura a levantarse y le pasó un vaso de agua, colocando la pajilla en él, "yo estoy aquí por encargo de la familia Elizondo para cuidar de usted, señorita."

Laura tomó un sorbo a través de la pajilla, sonriendo gentilmente a Manuela, "Usted recibe un salario por trabajar para la familia Elizondo, pero eso no me da derecho a darlo por hecho."

Manuela era una vieja empleada de la familia Elizondo, prácticamente había visto crecer a Laura.

Cuando era más joven, ella y Ander eran inseparables.

Pero qué lástima, aunque en todos los aspectos eran compatibles, el origen de Laura era demasiado humilde.

Aunque su abuelo había estado con Renato por tantos años, y Renato lo consideraba parte de la familia.

Pero familia es familia.

Al otorgarle a Laura el título de "familia", la señora Elizondo cortaba sus esperanzas, sugiriéndole que no podía casarse con Ander.

Manuela sentía cariño por Laura, siempre era una jovencita dulce y gentil.

Trataba a sus empleados con respeto.

Sería una excelente señora de la casa.

Solo fallaba en su origen.

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