Diario de una Esposa Traicionada romance Capítulo 88

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"¡No hagas el ridículo!"

"¿Eh?"

Thiago abrió los ojos y, con una cara de sorpresa, exclamó: "¿Cloé? ¿Cómo eres tú, eh...?"

Luego, incómodo, se rascó la cabeza y dijo: "Vaya, también has venido."

"Sí, vine a darle un beso a Leticia."

Dije burlonamente, señalando el zapatero: "Siéntete como en casa."

Por su comportamiento, estaba claro que no era la primera vez que iba, así que no necesitaba sacarle zapatillas.

Girando la cabeza, le lancé a Leticia una mirada inquisitiva.

Leticia se encogió de hombros diciendo: "Definitivamente no es lo que estás pensando, sigo soltera."

"Cloé, ¡espera y verás mis buenas noticias!"

Thiago ya se había recuperado de la vergüenza, se cambió las zapatillas y continuó la conversación con una sonrisa traviesa.

Leticia le dijo: "Lárgate, ¿a qué has venido?"

"Viniste porque dijiste que estabas enferma, vine a ver cómo estabas."

"¿Quién viene de visita sin traer nada?"

"Es que me preocupé tanto cuando me lo dijiste, que no pensé en nada más. Espera, ahora mismo hago un pedido."

Con buen juicio, me llevé mi tablero de dibujo al dormitorio y me senté en la ventana para sumergirme nuevamente en mi trabajo. Era la hora de salida del jardín de infancia, y desde un piso no muy alto, podía escuchar las risas y los juegos de los niños. Eso me distraía constantemente. No podía evitar pensar en cómo serían mis propios hijos en el futuro. Si fuera un niño, podría parecerse a Isaac. La apariencia de Isaac era una en un millón, y también era alto y de piernas largas.

Pero no debería tener su personalidad. Falso, cambiante y además, un desastre. Si fuera una niña, entonces que se pareciera a mí, pero dándole un poco más de amor para que siempre viviera bajo el sol. Que no fuera como yo, que veía un poco de luz débil y la trataba como un tesoro.

No supe cuánto tiempo pasó antes de que Leticia entrara: "Cloé, ¿quieres salir a tomar un poco de aire?"

"¿A dónde?"