Diario de una Esposa Traicionada romance Capítulo 943

Cloé, sin embargo, negó con la cabeza. "Voy a arreglarme un poco."

Ese atuendo tampoco era muy práctico.

"Te acompaño."

"Habla con el señor Córdoba."

Cloé se alejó rápidamente.

Óscar tomó asiento en la cabecera de la mesa, y su mano derecha de inmediato le sirvió café.

Camilo bebió el café que habían servido para Cloé y preguntó: "¿De qué video hablan?"

Óscar le lanzó una mirada significativa, y su mano derecha pasó la tableta a Camilo.

Camilo la encendió y vio.

Al ver a Miguel en la pantalla, contuvo el asco hasta terminar de verlo.

"¿Qué dijeron?"

Óscar respondió: "Es una memoria USB por paquetería, el remitente usó una estación de correos en el estado vecino."

"Siguiendo las cámaras de seguridad, no se le ve la cara, pero por la estatura, se puede inferir que es de una familia entrenada, aunque no se puede determinar si es de los Elizondo o de la familia Lozano."

"Quiero ver ese video de seguridad."

Su confidente hizo clic en la tableta, mostrándolo.

Camilo pausó y agrandó la imagen, pero no encontró fallas.

Dejando la tableta a un lado, dijo: "Felipe siempre ha sido muy astuto."

"La familia Elizondo no se andaría con rodeos; con este video, simplemente forzarían a Ander y Leticia a separarse."

"Además, temen que Ander, en un arrebato de locura, no reconozca a nadie, así que hacerle la guerra por otro frente no es imposible."

Cuando Cloé regresó ya arreglada, preguntó: "¿De qué video hablan?"

Camilo le pasó la tableta.

Al ver a Miguel, Cloé sintió náuseas, frunció el ceño y su expresión se tornó sombría.

Camilo retiró la tableta y dijo: "Ya no veas."

"Lo que quieras saber, pregúntame."

Cloé ya había visto suficiente del video, que no tenía nada importante, solo a Miguel haciendo de las suyas.

Pero si ese video se difunde en internet, la cosa cambia.

Entonces, con Felipe y la familia Elizondo avivando la llama, Leticia definitivamente sería empujada al ojo del huracán.

Las heridas del pasado, una vez expuestas, aún sangran.

Ella no quería que Leticia reviviera esas pesadillas.

"¿No hay alguna manera, sin ensuciarnos las manos...?"