FARID ARAY
INICIO DEL RESCATE
Corrí por el pasillo como un loco y con el alma pendiendo de un hilo, hasta el sitio donde la sangre manchaba en cantidad significativa el piso. Mire a todos lados tratando recibir un indicio en el aire que me hablara de Camil.
Estaba tan desesperado como si si esencia pudiera estar impregnada en el aire.
Totalmente desesperado juez que por ambos partes, hasta que apareció una de las amigas de Camil en una de las salas, y entonces vi a Marta, la mejor amiga de Camil herida.
Me parecía como si estuviera viviendo una película con un final muy triste. Ni siquiera reaccionaba, actuaba por impulsos, no escuchaba a mi alrededor, en mi desespero solo podía buscar con la mirada a Camil.
Marta agonizaba, y varias manos de médicos alrededor de su cama, luchaban por estabilizarla.
Me acerque como si ella fuera la única pista que condujera a la mujer de mi vida, y sabiendo que era injusto con ella preocuparme más por Camil que por su estado, solo fui capaz de preguntar al acercarme.
—¿La hirió?— inqueri con tanta reserva de recibir una noticia negativa.
Marta me vio con la mirada de vidrio, como si la fuerza abandonaran sus ojos. Solo pudo negar con la cabeza, antes de que sus ojos derramaran gruesas lágrimas.
—¿Dónde están?— pregunté otra vez, insistiendo hasta que un doctor me empujó y con voz de hierro ordenó que me alejara.
—¡Tiene que salir de aquí señor!— gruñó apurado intentando hacer su trabajo—¡Ahora!
Marta junto sus fuerzas y por fin pudo hablar.
—¡Sacala de ahí Farid! Las intenciones de ese monstruo no son buenas!— artículo con la voz demasiado débil para continuar hablando —¡Está desquiciado totalmente! ¡La va a matar! Están en el último quirófano del pasillo del corredor de la izquierda. ¡Sacala de ahí!
Como si la frase de Marta hubiera sido la orden de mi vida, salí disparado. No mire atrás, solo me importaba sacar a mi peligro de allí. Si llegaba a verla asi, herida en una cama, mi corazón dejaría de latir.
Solo deseaba que estuviera bien, feliz, mitad revoltosa, mitad centrada; cachonda y sensual como una diosa, dulce y abnegada como la mejor madre que puede haber soñado para mis hijos.
La policía bloqueaba el paso al quirófano, pero eso no me importó. Seguí avanzando hacia ellos, a pesar de las miles de órdenes que lanzaban al aire de que me alejara a medida que me fui acercando.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: DOCTORA DE DÍA, MADRE SOLTERA DE NOCHE. SERIE LOVE MEMORY.