DOCTORA DE DÍA, MADRE SOLTERA DE NOCHE. SERIE LOVE MEMORY. romance Capítulo 55

55 A PUNTO DE PERDER LOS ESTRIBOS

CAMIL DE LA FUENTE

«¡Tuve una hija con Farid Aray»

La frase queda flotando en el aire, y ella se queda mirándome con los ojos demasiado abiertos.

La tensión en el ambiente se podía cortar con un cuchillo, y preparándome para recibir todo el potente veneno de Mara cerré los ojos.

«¡Yo y mi gran bocata!»

Después que solté aquello me di cuenta que había acabado de cometer un terrible error.

Para probar que yo era mejor que Mara, o más humana; yo lo tenía que poner a mi familia bajo su escrutinio, o bajo todas esas malas vibras que ella producía. Mi relación con Farid era tan nueva después del inesperado reencuentro, que no tenía idea cómo resistiría un ataque con bombas de destruccion masiva, como los que era capaz de lanzar mi invitada.

—¿Estas bromeando verdad?— inquirió ella con esa cara de asco que hacía cuando algo le parecía demasiado desagradable, no estaba fingiendo, su desconcierto era real, al igual que su desprecio. La conocía lo suficiente para saber que tanto su turbación como el asombro eran reales.

—¡No! ¡No estoy bromeando!, y ya dije todo lo que iba a decir respecto a ese tema— sisee con absoluta determinación.

Con eso quedaba zanjada si curiosidad sobre el padre de mi hijo, pero las represalias de Mara no eran tan sencillas como no verla. A mi hermano le hizo la vida difícil al principio de su matrimonio, así que no esperaría menos.

—¡Cuando creo que no serás capaz de decepcionarme más Camil… pues llegas y lanzas un cubo de mierd@ con algo mucho peor!—chilló absolutamente alterada—¡No entiendo qué demonios fue lo que hice mal con ustedes! ¡Tu hermano se dejó embaucar por una gata, que no se detuvo hasta que logro casarse con él! ¡Mi difunta hija Athalia, también se enredó con un pela gatos! ¡Y ahora tú Camil! A ti te crié a mi imagen!, ¡tenias todo para triunfar en la vida! Con diecisiete años eras la modelo mejor pagada en toda la costa Este… ¡y todo eso gracias a mi! ¡lo tiraste todo por la borda por embarazarte de ese mugroso!

—¡No lo tire por la borda!¡Tuve una hija!— le aclaré casi gritando. Estaba odiando su m*****a actutid.

—¡Ese maldito arábe te sedujo!… ¡ese hombre hizo esto para vengarse de mi!— chilló con una ira desmedida.

—¿¡Qué!?¿Vengarse de ti? ¡No!— refute sin poderme creer a que dirección iba aquella conversación sin que pudiera detenerla. —¿!Eso Creer!? ¿!Que quería vengarse de ti!? Así de grande debe ser tu culpa para pensar que alguien después de tantos años planea vengarse de ti…

—¡Tenías diesciocho años Camil! ¡ Ese hombre abusó de ti!¡Practicamente te doblaba la edad! —vociferó cada vez más alterada — ¡Te robó los sueños! ¡Me robó a mi hija!

—¡No seas cínica Mara! ¡A tu hija la echaste tu!— hice una pausa buscando no hacer un desbarajuste más agrande con mis palabras—¡Si se te olvidó que ocurrió desde que cumplí deciseis, pues te lo recuerdo!¡Cuando me fui a Arabia era cualquier cosa menos Virgen!. Me había acostado con todos los empresarios de la industria de la moda que tú misma me habías sugerido, y ¡todos! ¡Todos y cada uno de ellos mucho mayores que Farid!

Fui siempre una malcriada, una niña insufrible tratando de llamar la atención de quien fuera, pero sobre todo la de la mujer que me había traído al mundo. Hoy viendo el monstruo que tengo en frente me doy cuenta que las horas que pase sola, fue lo que me salvó de ser como ella.

—¡Por una vez en tu vida Camil!… ¡haz lo que te digo! ¡Quítale la mitad de la fortuna que te corresponde a ese hombre, y cásate con ese bombón que enviaste hoy al areopuerto por mi!¡Farid Aray al igual que los hombres de su familia, nunca jamás será un buen esposo!

Con la boca abierta la miro, sin dar crédito a lo que dice. A ella le importa un bledo que Farid sea el padre de mi hija, o que la niña pueda sufrir si la alejo de él. De hecho creo que la niña le importa un c@rajo.

—¡Yo no necesitó el dinero de Farid!— espero furiosa— ¡Y nunca jamás le haría daño!

—¿Pero si necesitas su poll@ no es así? — preguntó con sarcasmo y no respondo porque si lo hacía caminaría hacia ella y le pegaría una cachetada dramática, de esas que aflojan los dientes y las ideas. —¡Me das asco Cami! ¡Tan bajo has caído! ¡ La amante de un m@ldito tacaño!

—Te puedes quedar en este apartamento durante el tiempo que esperas la valoración y la cirugía si es que se decide operarte— informe sin ánimo de seguir hablando con ella, deseaba pasarme otros seis años sin verla. Si era posible toda la vida.—Con la ira irracional que me cargo ahora mismo… no creo que pueda entrar a un quirófano. Aún así pasaré mañana a las siete treinta a recogerte, para llevarte al hospital, donde solo espero que mantengas la boca cerrada y no sueltes tu veneno allí, hay pacientes que no soportarían ni un miligramo de este… y creo que yo tampoco.

—Camil, ¡no digas eso! ¡Soy tu madre!— llorizqueo tratando de dar lastima, después de que fue tan ruin y cruel como la víbora más atroz.

—¿Qué querías? ¡Tú Sacas lo pero de mi!— alegue vin unos terribles deseos d e llorar de furia y frustración—¡ Solo te voy a advertir una cosa Mara de La fuente, y espero que escuches muy bien lo que estoy por decirte!: ¡Te quiero lejos de mi hija, y de Farid! ¡No seré razonable para nada en ese aspecto, así que más te vale no meterte con mi familia!