DOCTORA DE DÍA, MADRE SOLTERA DE NOCHE. SERIE LOVE MEMORY. romance Capítulo 89

SI PARA MI FUERA SENCILLO

CAMIL DE LA FUENTE

—Créeme Camil, si para mí fuera sencillo olvidarte… hace mucho te hubiera sacado de mi vida— musito tan pronto recupero el aliento para hablar. El beso nos había devastado los sentidos a ambos, nos había sumido en un limbo de desesperación, en el que yo solo quería hacerlo entender; y él se negaba a ponerme las cosas fáciles.

—No hables, por favor. ¡Solo siénteme!— pedí con devoción. Podía mentir al mundo, mi orgullo era tan alto como las palmas, pero un solo contacto con Farid Aray era suficiente para hacerme convulsionar sin necesitar mucho más. Tenía a su hijo en el vientre, y eso nos unía más que nunca. No sé si era un factor genético… o propio del comportamiento de la especie humana… pero ardía en su fuego, y aunque él se veía tan fuerte estaba ardiendo en el mío.

—No podemos hacer esto— murmuro contra mis labios obligándose a separarse de mi—. Solo empeoraría las cosas. Te amo “Peligro”, te amo con tanta violencia que te daría el mundo…

—Pero no puedes perdonarme, o en dado caso olvidar lo que crees que hice— lo interrumpi plantando mis manos en su pecho para alejarlo—. Te diría que llamaras a mi hermano… Incluis a Atenea, o que llamaras al mismo presidente de Los Estados Unidos para hacerte entrar en razón— musité e hice una pausa profunda— Yo lo se amar así… ¡Así ya no! quizás hace años atrás si, era una niña inexperta. Tú me enseñaste a quererme, me enseñaste a esforzarme… me cautivaste con el poder que para ti tenía la verdad. Así que no concibo que precisamente tú no me creas, no que aceptes pruebas, por solo confiar en lo que crees que viste.

—Camil yo…— dijo con la voz perdida. Creo que este era el verdadero momento decisivo de nuestras vidas, no cuando me fui… no cuando di a luz… ni cuando me encontró.¡ Ahora! Este era nuestro momento cero… antes o después de esto no valdría nada si no lográbamos entendernos— Yo estoy intentando creerte….

—¡No me sirve tu intento!— grité alejándome de esos brazos torneados que habitualmente me funcionaban como abrigo—.¿¡Acaso no entiendes!?…¡Necesito que creas con rabia en mi! No de forma romántica o poética, porque no me alcanza!. No necesito que a la primera difucultad, cuando estoy implorando al cielo por tu confianza, esta se vuelva cual frágil cristal. ¿¡Cómo es que dices que confías si nunca antes tuviste oportunidad de demostrarlo?

—¡Ven aquí Camil!— pidió con voz ronca, con una voz tan anhelante que me hizo tambalear, pero estaba furiosa, ni siquiera podía escucharlo con la sangre latiendo y repicando a toda prisa en mis oídos. Si el bebé que llevaba en mis entrañas soportaba la droga, estos altibajos emocionales, y estos cambios en la presión arterial (porque estabas segura que tenía que tener la presión sistólica por las nubes); sería un ganador desde el primer momento.

—¡No!— pelee por alejarme— Necesito que creas en mi con furia enfermiza y con odio visceral. Tú confianza en mi debería ser radical, incondicional, o no me sirve. Si no es incondicional es basura.

El pecho me subía y me bajaba como el de un caballo en plena carrera, rodeé la cama para poner distancia entre nosotros, pero al bruto le valió madres. En tres rapidos movimientos saltó la cama y se paró frente a mi también con la respiración agitada, y el verde de sus ojos destilando la pasión de un hombre de fuego y desierto.

—¡necesito que me ames así como dices! ¡Necesito que me ames con odio! Me siento vacío sin ti, siento que me falta la costilla de la que hablan en la biblia— nuestros cuerpos se acercaron, era como gravedad, o ocultismo. Ninguno de los dos sabíamos bien lo que hacíamos, ninguno de los dos era inmune al veneno del otro.

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