¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 1974

Priscila levantó la mirada al cielo y dijo: "No sé quién lo dijo, pero de seguro no fui yo".

Jimena, con un aire de desdén, era experta en hacerse la desentendida. Hacía un momento, frente a ella, había sido toda una fanfarrona, pero ahora que Orson había llegado, se transformó en la más dulce e inocente ovejita.

Jimena puso sus ojos sobre la mujer al lado de Priscila: "A ver, hermosa, cuéntanos, ¿quién fue la sinvergüenza que dijo que comprar un carro por trescientos mil era cosa de pobres?"

Al escuchar a Jimena insultándola, Priscila se puso verde de rabia. Pero con Orson al lado, no se atrevía a responder con la misma intensidad.

La última vez que Orson cayó enfermo, ella y Marisa lo visitaron en su casa, y eso solo consiguió irritarlo.

Aquella visita resultó en un distanciamiento entre ella y Marisa.

Hasta ahora, Priscila no había encontrado la manera de congraciarse con Orson o Marisa.e2

Si volvía a hacer el ridículo frente a Orson, ya no tendría forma de recuperar su imagen ante él.

Así que, aunque Jimena la estuviera provocando con sarcasmo, no tenía más remedio que aguantarse.

"¿Cómo voy a saber yo quién fue la sinvergüenza?", dijo la mujer al lado de Priscila, también fingiendo ignorancia y desviando la vista para evitar el contacto visual con Jimena y Orson.

"Claro, como dice el refrán, 'Dime con quién andas y te diré quién eres'. Un sinvergüenza solo se junta con otros sinvergüenzas", soltó Jimena con una risita desdeñosa.

Después de eso, soltó a Orson y se dispuso a abrir la puerta del carro para irse, sin ganas de perder más tiempo con gente como Priscila.

Capítulo 1974 1

Capítulo 1974 2

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