¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 1975

Ella pensaba que, frente a cualquiera, con solo llorar un poco, podía conseguir lo que quería.

Apenas terminó de hablar, Orson la apartó con desdén y le dijo con el rostro tenso y enojado: "Priscila, estás intentando darle la vuelta a la tortilla. Yo vi con mis propios ojos cómo te lanzaste sobre Jimena con ganas de pegarle, y lo que hizo ella fue defenderse. Que te haya dado una cachetada es lo menos que merecías".

Mientras hablaba, Orson se sacudía la mano con repulsión, como si el simple hecho de haber tocado a Priscila lo hubiera ensuciado.

Al ver esa expresión de asco en su rostro, la ira contenida de Priscila hervía como la lava, a punto de consumirla por completo.

Orson la había rechazado y, encima, mostraba repulsión hacia ella, como si tocar su ropa hubiera sido tocar algo sucio.

¿Qué tanto la detestaba?

Priscila se sintió profundamente herida, pero ya no se atrevía a ponerse arrogante frente a Orson. Su madre le había dicho que si no se calmaba y dejaba de actuar como una niña mimada, podía despedirse de la idea de estar con Orson para siempre.e2

Tenía que mostrarse vulnerable ante Orson, saber llorar para ganarse su compasión.

Priscila contuvo su temperamento y las lágrimas comenzaron a caer sin valor alguno, mirando a Orson con ojos de cordero degollado: "Orson, ya sé que me equivoqué, perdí la cabeza por un momento. Ella puede insultarme a mí, pero cuando insultó a mis amigos, casi pierdo el control. ¿Me perdonas esta vez, por favor?"

Su amiga, rápidamente se acercó a su lado, apoyándola con preocupación.

Orson se sorprendió de que Priscila estuviera pidiendo disculpas y mostrándose sumisa.

Pero sin importar su actitud actual, no lograba despertar ni la más mínima piedad en él.

Orson la miró fríamente y dijo: "Si sabes que te equivocaste, ¿por qué no te largas ya?"

Capítulo 1975 1

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