CAPITULO 47
Mientras tanto....
Florencia apoyaba a su padre con la boda, no estaba feliz por el, pero quería seguir siendo su hija consentida fingiendo algo que no sentía.
Victor hace una cena para Armando y su prometida Ines, los dos necesitan del visto bueno del Alfa para poder contraer matrimonio en la manada Alba de luna.
Florencia se desgasta cocinando, quiere dar una impresión de buena esposa, quiere que Victor la vea dejando atrás a su hermana perfecta.
Pero parece que sus intentos son inútiles, Victor cada día piensa en Aurora, la ama tanto que lo único que desea es poder estar con ella, y le pide cada noche a la diosa Luna una oportunidad.
Victor come la cena con desagrado, ignora por completo a Florencia y Armando que hablan de la boda con fervor, mientras Inés calla, ella solo quiere huir de la situación.
—¿Que sabes de Aurora?— interrumpe la conversación de padre e hija, el no tiene información pues la manada Luna azul es impenetrable.
Florencia lanza la servilleta encima del plato con frustración, está cansada que sus esfuerzos de resaltar.
— Como raro, tienes que arruinar el momento solo por preguntar por ella — La loba se levanta enojada.
Ines decide alcanzar a Florencia sabe que necesita de su apoyo en este momento y que debe cuidar de su embarazo.
Armando no sabe que decir, cuando Victor de nuevo hace la pregunta acerca de Aurora, la verdad es que no tiene ningún tipo de comunicación con ella.
— Supongo que bien, sabes perfectamente que esa bestia la tiene completamente alejada de la familia — miente Armando aumentando dentro de Víctor el odio que siente por Romeo.
— Si quieres autorización para tu matrimonio, por favor necesito que Aurora venga a los preparativos, o no te daré la bendición — Victor la vera al costo que sea y esa es su única excusa.
Mientras tanto...
La manada Luna azul está de fiesta, lo unico que necesita es que su Alfa limpie su honor.
Aquel duelo significaba mucho para el Alfa, no quería tener que enfrentarse a su amigo, pero su honor de lobo era importante.
Aurora de inmediato le recriminó su actuación, no podía creer que se dejara llevar de sus emociones.
—¡¿Por qué estás aceptando esto?!— exclamó mientras lo miraba aterrada, le recordó que Dario era su amigo y que a pesar de su silencio por el amor de Isabela, siempre había estado con el.
— Tengo qué hacerlo, creeme que la mentira de un hijo es algo que no puede pasar, además la manada lo pidió, soy el Alfa y tengo que demostrar mi poder y autoridad — Romeo sentía que era su responsabilidad.
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