Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado romance Capítulo 845

"Tranquilo, no te preocupes", le dijo Jacinta con una sonrisa animada a Antonio.

Después del almuerzo, llevaron a Jacinta de vuelta al teatro donde su compañía de ballet estaba ensayando.

A través del cristal de la ventana, Marisol observaba cómo Jacinta se alejaba.

Lo que más temía había ocurrido.

Como se esperaba, no se podía confiar en un hombre que había sido violento en su hogar y que podría volver a serlo. Era como una cuestión de carácter, y era triste que Jacinta, se hubiera casado con un hombre cuyo corazón era un misterio...

Antonio, al igual que ella, también acababa de retirar su mirada.

Marisol lo vio fruncir el ceño ligeramente y le dijo con los labios apretados, "Si Jason no se arrepiente y sigue cometiendo el error de beber y ser violento, el divorcio sería una buena cosa para Jacinta".

"Sí", le dijo Antonio con una sonrisa forzada.

¡Pobre Jacinta, como ella, se había convertido en una mujer divorciada!

Marisol tenía un comentario burlón en la punta de la lengua, pero sintió que no era apropiado y se lo tragó sin decir nada. Después de todo, era una lástima que algo así hubiera ocurrido tan pronto después de un matrimonio tan reciente.

Después de dejar a Jacinta, Antonio la llevó de vuelta al trabajo y luego condujo de regreso al hospital.

Al anochecer, volvió a buscarla.

Como siempre, los dos regresaron a casa después de cenar y ella encendió la televisión para ver una serie de televisión. El cielo se oscurecía poco a poco, las ventanas de los edificios de enfrente se encendían una tras otra y luego se apagaban poco a poco.

Marisol bostezó y levantó la vista hacia el reloj de la pared, que ya marcaba más de las diez.

Su reloj biológico estaba casi ajustado a una hora fija. Cada noche a esta hora, ya empezaba a sentirse somnolienta.

Apagó el televisor, dejó el control remoto y se levantó. Mirando hacia la cocina, aún podía ver la luz parpadeante que salía de ella. Justo después de que ella terminara de comer una manzana, Antonio se había llevado la bandeja de frutas y aún no había salido.

Camino hacia la cocina con curiosidad.

No había nadie en la cocina, Antonio en el balcón de afuera.

Marisol frunció el ceño y no pudo evitar acercarse, y a través de la grieta de la puerta de cristal que estaba abierta, ya podía oler el olor a cigarrillo flotando en el aire.

Frente a la ventana de piso a techo, como la última vez, Antonio se apoyaba contra la pared con un cigarrillo en la mano, y el humo blanco bajo la luz hacía que incluso el polvo en el aire se viera claramente.

Había vuelto a fumar...

Una nube de humo salió de su boca y el olor a nicotina se arremolinaba en su estómago.

Antonio se sentía muy molesto.

En efecto, el divorcio era una buena opción para Jacinta. En lugar de seguir agotándose en ese tipo de matrimonio con Jason, era mejor terminarlo temprano, aunque el costo fuera un matrimonio breve y fallido, y su estatus se redujera al de una mujer divorciada.

Si Antonio no supiera de cierto asunto, solo pensaría que todos son adultos y deben ser responsables de sus elecciones y del camino que han tomado, pero ahora que lo sabía, no podía evitar ser influenciado y culparse a sí mismo.

De repente, su teléfono comenzó a sonar. Antonio le echó un vistazo y vio que era una llamada del hospital, así que la contestó de inmediato, “El paciente de la cama 23 es mayor, ¡hay que prestar más atención! Especialmente en las 24 horas posteriores a la cirugía, es un período crítico, muy clave. Además de los medicamentos antiplaquetarios, presta mucha atención a la presión arterial, observa la orina para evitar más complicaciones después del bypass coronario. ¡Si aparecen erupciones, manchas en la piel o moretones, avísame de inmediato!”

Después de colgar, inhaló profundamente otra bocanada de humo.

“Antonio”…"

Cuando estaba a punto de encender otro cigarrillo después de haber terminado el primero, Marisol no pudo evitar hablar.

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