La puerta se cierra detrás de mi sobresaltándome un poco.
Se vuelve a abrir y Rey entra rápidamente para abrazarme pegándome a su pecho.
"Rey..."
Abrazo a mi torturador que ahora siento que el chico está torturando.
"Oh vamos Rey, no seas niño, pagué por el servicio, ahora sal de aquí."
"No quiero espectadores ni fisgones."
"Sabes el castigo por desobedecer las reglas."
Comenta el chef con tono enfadado.
Rey me mira, me acaricia la carita y yo también lo hago.
"Te amo mi pequeña Princesita, recuerdalo."
"Yo también te amo Rey."
El chef aplaude y dice algo como "aaawwww"
"Si ya acabaste con los sentimentalismos, lárgate Rey."
"Es mi turno, es mi tiempo y no quiero perderlo más."
"Y como he perdido una hora valiosa con tu juguetito, me tomaré 3 más como castigo con ella."
"De hecho...creo que pasaré toda la noche y madrugada con ella Rey."
"Si tienes alguna queja puedes mandarla en este instante, vete ya."
La puerta se abre y aparece la maldita mujer de la otra vez.
"Ah, doctora, es bueno verla!"
"Por favor podría encargarse de que Rey me permita jugar en paz con mi juguete comprado?"
La mujer toma de la mano a Rey y eso me enerva.
Sus viejas y sucias manos sobre Rey.
La mano del chef me jala hacia Él y ambos somos alejados.
Cuando la puerta se cierra dejándome sola con el chef siento miedo.
Hace mucho sentí este miedo con Rey, pero hacía mucho que no lo sentía.
Miedo a no saber que será de mi.
"Princesita..."
El chico se acerca a mi despacio.
Me rodea por la cintura y me besa amablemente.
Sus manos se posan respetablemente en mi espalda desnuda y sus pulgares me acarician despacio.
Es como si besara con amor.
Su cuerpo se pega al mío.
No es rudo su toque..
Su beso no es dominante ni agresivo.
Su tímida lengua me recorre mis labios despacio, saboreándome, lo saboreo yo también.
Mis manos instintivamente lo rodean por el cuello, como lo haría con Rey.
Cierro los ojos imaginándome que es Rey el que me besa.
Suspira en mi boca, aspiro su suspiro y le devuelvo el aliento también.
Una mano me acaricia mis brazos, la otra me sostiene la nuca para que no me aparte.
Nos movemos de lado a lado sin poder saciarnos del beso.
Pego mi cuerpo al suyo y deslizo mis manos por su fuerte espalda.
Dios, esta más marcado que Rey!
"Princesa, no quiero corromperte, quiero amarte con delicadeza..."
"Quiero hacerte el amor, puedo?"
Será una especie de treta?
"Si Chef."
Digo como la buena niña que soy, porque se que si no respondo ni coopero me ganaré un castigo severo.
El joven lentamente se quita su ropa revelandome su cuerpo tan disfrutable.
Necesito pasar mi lengua por su piel y musculos que sobresalen.
"Eres hermosa y odio que estés en este lugar..."
"Pero pronto...pronto..."
No se de que este hablando este chico pero ahora anhelo que me haga suya.
No importa si me hace daño.
Quiero ser suya.
Mis manos rodean su cara afilada de mandíbula fuerte y lo beso apasionadamente.
El chef me hace caminar hacia atrás hasta que chocamos con el diván del consultorio.
Me sienta en el frío diván y me abre las piernas para que este en medio de mi su cuerpo caliente.
Siento que en cada latido rápido de corazón me enamoro de este chico.
Sus manos desatan con cuidado la parte de arriba de este tonto disfraz dejándome expuesta para Él.
Sus dedos me acarician sutilmente y me erizan la piel por completo.
Su boca delicadamente, con dulzura me recorre de arriba a abajo el cuello provocándome que arquee mi cuerpo contra Él.
"Eres hermosa Princesita."
"Hermosa y para mi toda la tarde, noche y madrugada."
Si, soy suya, quiero ser suya.
Sus delicadas manos me acarican mis senos con suavidad, no me pellizcan fuertemente mis pezones.
Cuando su boca desliza mis senos en su interior lo hace con suavidad, tomándose su tiempo.
En verdad parece que le estuviera haciendo el amor a su novia amada.
Echo mi cabeza hacia atrás porque estoy completamente excitada y caliente.
Mi cuerpo serpentea ondulante buscando ampliar el tacto con su piel firme y deliciosa.
El chef me recuesta en el diván y mi pecho baja y sube ante la expectativa.
Sube mis piernas en unos aparatos fríos.
"Princesita no hay nada más que ansie, que desee que probar tu cremosa venida en mi boca y lengua."
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Dulce Juguetito