Dulce Juguetito romance Capítulo 15

Esto si que se acerca mucho a mis expectativas de hacer el amor.

Después de que me dió varios orgasmos, "cariño" me penetró gentilemente.

Casi con amor y cuidado.

Fue tan bello que incluso derramé unas cuantas lágrimas sin querer.

"Princesita, te he hecho daño?"

Me preguntó el chico muy afligido.

"No cariño, es que..."

"Es que..."

"Dime que sucede Princesita, recuerda que tienes completa libertad conmigo."

Suspiro largamente, este chico es mi sueño hecho realidad...

Y no es mío.

Ni soy suya...

"Es que nadie me había amado con tanto amor como tú."

Me doy prisa para limpiarme las lagrimas pero cariño me detiene.

Su boca besa mis ojos y su lengua limpia mis lágrimas saladas.

"Pronto mi princesita..."

Y vuelve a embestirme en esta posición.

Sigo sentada en este diván de exploración, con cariño entre mis piernas.

Desnudo, glorioso, con una fina capa de sudor que le cubre el marcado pecho y abdomen.

Mis manos no se pueden quedar quietas y lo recorren incansablemente.

Me gusta como suspira cuando me penetra.

Como me mira y lo miro sin que me ordenen que lo haga.

Quiero poder guardar su mirada de amor y pasión para otras ocasiones en las que tal vez necesite escapar de mi realidad...

Como aquella vez que esa despreciable doctora me violó en complicidad con Rey.

Acaricio sus mejillas angulosos, su mandibula fuerte, sus carnoso labios rojos y sexys.

Un sueño de hombre me hace el amor.

Jadeo, suspiro, lo beso, lo miro, le agradezco por el placer tan bello que me otorga.

"Princesa, no me siento satisfecho, pero quiero probar algo más..."

Con sumo cuidado sale de mi y me baja las piernas de los aparatos con dulzura.

Es tan raro que alguien me trate con tanta delicadeza.

Cariño no me ha golpeado, no me ha intentado asfixiar, no me ha mordido ni arañado ni una sola vez.

Es tan gentil y delicado.

Me carga sin dejar de besarme y aparta una puerta entreabierta que no había visto nunca antes.

Hay una bañera lo suficientemente grande para que los dos podamos estar sentados dentro.

Me pone una bata mientras que Él permanece desnudo llenando la bañera con agua tibia y sales.

Siento que estoy en mi luna de miel.

Que hermosa fantasía estoy viviendo en este momento.

Impulsada por lo que siento en mi corazón y pecho lo abrazo por detrás.

Cariño me toma de las manos acariciándome también.

Beso su espalda lentamente.

Cariño me da la vuelta y me sienta en su regazo para mirarme a los ojos mientras que me acaricia con sus manos mi carita de niña.

No habla, solo me besa y me mira con ojos llenos de ternura y lujuria.

Hago lo mismo, dios, lo amo y eso es tan malo para mi...

"Tan bella..."

"Tan joven..."

"Tan hermosa..."

Me besa y me siento caer de cabeza en el pozo agridulce del amor.

Se que se irá, se que me dejará a manos de Rey.

Y Rey no estará muy feliz por haberme enamorado de el chef.

El agua se llena rápidamente y ambos nos metemos en la bañera.

Recargada en su pecho, cariño me frota suavemente mi piel.

Me siento tan relajada y mimada por sus acciones que deseo que esta tarde o noche o madrugada, no termine nunca.

NUNCA.

"Princesita, Rey te ha entrenado con juguetes?"

"Si cariño."

"Puedo jugar contigo con alguno de ellos."

Le dejaría que me hiciera todo lo que quisiera.

"Si cariño."

Digo ansiando satisfacerlo de todos los modos posibles.

"Gracias princesa."

Cariño me acaricia las piernas y sus dedos me acarician mi entrepierna haciéndome gemir.

Un dedo largo suyo se hunde en mi interior y cierro los ojos del placer.

"Cariño..."

Gimo en su oído.

"Princesa..."

Dos dedos se mueven adentro y afuera haciendo olas en el agua de la bañera.

Tres y me siento colapsada de las sensaciones que me embargan todo el cuerpo.

"Te necesito Princesa."

"Soy tuya Cariño."

Digo automáticamente y cariño sonríe.

Dios , su sonrisa, que hermosa y sensual.

Me sienta en la orilla de madera de la bañera y me abre las piernas de nuevo.

Lame con su lengua toda el agua que gotea de mi cuerpo mojado...

Mi pecho hormiguea, mis pies hormiguean, tengo tantas ansias que no puedo controlarme nada.

Cariño se levanta y su miembro erguido pulsa también por la ansiedad de estar dentro de mi.

"Por favor..."

Ruego y cariño me levanta, se sienta en mi lugar apoyando la espalda en la pared forrada de madera y me sienta en su regazo para que pueda cabalgarlo.

Arriba y abajo...

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