El Amor Eterno romance Capítulo 1135

Sharon tenía una gran sonrisa en su rostro.

Con su voz dulce, ella dijo en voz alta: "No estoy tratando de defenderme aquí, pero tampoco hay necesidad de que te mienta. Pero debo decir que he hecho lo mejor como esposa en nuestro matrimonio. No importa si me crees o no, pero nunca te he traicionado".

Después de decir eso, Sharon se dio la vuelta y se fue.

Sus lágrimas cayeron por sus mejillas en silencio. Solo ella entendía el tipo de dolor que sentía. Tampoco había necesidad de expresarlo porque solo se habría hecho sentir peor.

Aun así, ella realmente amaba a Eason.

De hecho, lo amaba de verdad. Sin embargo, ella también tenía orgullo y dignidad.

Ella podría ser un fracaso, pero nunca se avergonzaría a sí misma.

Eason tembló cuando escuchó lo que dijo Sharon. Se puso en contacto rápidamente con Martti y le dijo: "Necesito tu ayuda para investigar algo. Se trata de Sharon".

Martti preguntó confundido: "¿Sobre qué?".

"Si ella me engañó".

Martti se quedó perplejo y preguntó: "¿No me detuviste cuando quise investigarla antes? Dijiste que confiabas en tus ojos y que tenías pruebas sólidas".

Eso era cierto. Él confiaba en lo que vio.

No solo eso, la prueba era concluyente.

Sin embargo, él olvidó algo. Pasó por alto el carácter de Sharon. Ella era demasiado orgullosa como para engañarlo. Sin embargo, nunca confió en ella desde el principio e incluso se alegró cuando descubrió que ella le había engañado.

Así es. Se alegró.

Por fin tenía una excusa para divorciarse. Nunca pensó en limpiar el nombre de ella de la acusación.

Ella amaba profundamente a su marido y pensaba que solo podía confiar en él. Sin embargo, él no le proporcionó calor ni una sola vez.

"Lo miraré mañana. Tengo sueño...", dijo Martti.

"¡Ponte en ello ahora!", ordenó Eason.

Media hora más tarde, Eason recibió un mensaje.

En efecto, ella era inocente y él la había acusado erróneamente.

Eason cerró los ojos y murmuró para sí mismo: "¿Qué debo hacer?".

Él miró fijamente el acuerdo de divorcio que tenía en la mano y se molestó por ello. Luego murmuró en silencio: "Anemone, ¿qué quieres que haga? ¿Es Zayn Todd el hombre que elegiste para ti?".

Eason se ahogó en la pena mientras recordaba el momento en que conoció a Evanesce.

Ella era una niña brillante y encantadora. Su madre decía que era su hermana menor.

Por eso la protegió todo el tiempo.

Durante todos esos años que la acompañó y protegió, perdió su corazón por ella. Sin embargo, con su estatus...

Nunca tuvo la oportunidad de elegir desde el principio. No importaba si dejaba a Evanesce o se casaba con Sharon. Él era solo una marioneta, así que ¿cómo podía elegir?

Mientras tanto, ¿qué pasa con Evanesce?

Ella solo veía su traición en su amor.

Ella era una niña pequeña.

Estaba deslumbrada por el amor, pero nunca entendió sus circunstancias. Lo que más temían los humanos no era otra cosa que las reglas y la impotencia.

Además, ¿qué habría podido hacer si se divorciaba de Sharon? ¿Habría recuperado a Evanesce?

"Nos casamos porque la familia Zich quería que Anemone se rindiera. No me casé contigo por voluntad propia, pero tampoco me arrepiento de haberme casado contigo. Me dejé llevar por todo lo que pasó en la vida. No hay necesidad de arrepentirse".

Antes de que Sharon pudiera decir algo, él continuó: "Solo te casaste conmigo para evitar a la familia Judd. Cuando nos casamos, ya habíamos hablado de que nuestro matrimonio no era más que una cooperación".

Ambos lo dejaron claro durante su boda. Por lo tanto, ninguno de ellos le echó la culpa al otro.

Sharon apretó los dientes y dijo: "Sí".

"Sharon, ¿quieres el divorcio?".

La mujer preguntó sorprendida: "¿Qué quieres decir?".

Eason dejó escapar un suspiro y dijo: "Todavía siento algo por Anemone, pero lo he pensado y creo que seremos más felices si dejamos atrás el pasado. Si no quieres este divorcio y si no es mucho pedir, ¿puedes esperarme... un tiempo? Una vez que termine las cosas con Anemone, yo...".

Eason hizo una larga pausa antes de continuar. "Viviremos juntos, constantemente. Después de todo, llevamos dos años casados".

Sharon lo pensó por un largo rato y preguntó con cautela: "Eason, ¿has venido a hablar conmigo porque te resistes a dejarme ir?".

¿Resistente a dejarla ir?

Eason no estaba reacio a dejarla ir, pero le daba pena la mujer. Él podía darse cuenta de que ella dependía mucho de él.

No tenía sentido hablar de ello, pero en realidad no estaba dispuesto a dejarla ir.

Llevaban dos años casados y ya estaban acostumbrados el uno al otro. Si alguien tuviera una mascota durante dos años, se habría encariñado con ella. Más aún con una esposa.

Él no le contestó. En cambio, le preguntó: "Sharon. ¿Puedes esperar por mí?".

"Lo siento, Eason. Nunca había rechazado ninguna de tus peticiones, pero no estoy de acuerdo con lo que acabas de decir. Nunca me trataste bien desde el principio y siempre me trataste como una persona débil que siempre te daba la razón. Lo siento, pero quiero seguir adelante con este divorcio".

Él simplemente dijo: "De acuerdo. Acepto tu decisión. Seguiremos adelante con el divorcio".