El Amor Eterno romance Capítulo 1144

Ese hombre siempre hizo un esfuerzo adicional para sorprenderme. Caminé obedientemente a su lado y le pregunté: "¿A dónde vamos?".

"A mi escuela secundaria", dijo Zachary.

"¿Tuviste tiempo para estudiar en ese entonces?".

"Sí. Pero siempre estuve ausente de la escuela".

Zachary me llevó a la escuela en la que solía estudiar. Algunos guardias custodiaban la entrada de la escuela. Nos dejaron entrar después de que Zachary fuera a hablar con ellos.

Cuando entramos, vimos a muchos estudiantes corriendo por el campo. La mayoría de ellos no tenía la costumbre de usar uniformes escolares. En cambio, usaban ropa informal que estaba bastante de moda.

Zachary me tomó de la mano y me llevó a los edificios de la escuela. "El abuelo de Emmi me registró aquí. Luego fui admitido en una universidad, pero en aquel entonces, yo todavía estaba entrenando con la organización W. Mis días de escuela fueron los días más relajantes de mi vida. Solía ​​dormir lo suficiente y aprender algo que no era demasiado difícil".

Parecía que sus días de juventud también habían sido bastante cansados ​​según lo que dijo Zachary.

"¿Así que ni siquiera en aquel entonces descansabas lo suficiente?".

Zachary asintió y admitió: “En esa época, el entrenamiento era muy intenso y duro. Entrenaba todas las noches, así que siempre estaba cansado mental y físicamente. Mi tiempo en la escuela fue el más cómodo de mi vida, pero, aun así, no podía tomármelo con calma. Desde que era joven, supe a dónde me llevaría mi futuro. Sabía que tenía que volver con la familia Schick”.

Zachary pareció recordar algo. De repente, él me agarró la mano y dijo con tristeza: “Mi madre dijo una vez que la familia Schick tenía tres hermanos en mi generación. Si no fuera el primero en regresar a casa, la muerte estaría esperándome".

Los otros tres hermanos de Zachary ya estaban muertos. Sin embargo, su muerte fue parte del plan de su madre. Su padre biológico los ejecutó.

En ese sentido, Zachary tuvo mucha suerte de haber sobrevivido. Sin embargo, su camino fue delicado y espinoso.

Él solo podía confiar en él mismo y cada logro era fruto de su arduo trabajo.

Sin embargo, mi situación fue diferente. Confié durante toda mi vida en la herencia y las bendiciones de mis padres.

Aunque tuve mucha más mala suerte que la mayoría de la gente, resulté ser la más afortunada cuando se me comparaba con los demás.

Después de todo, tenía el tipo de riqueza que el noventa y nueve por ciento de las mujeres del mundo nunca podrían obtener. También tenía un amante al que todos envidiaban.

En ese sentido, fui muy afortunada.

Dije con melancolía: "En aquel entonces, todavía no te conocía".

Eso debió ocurrir durante la época en que conocí a Lucas.

Me recosté y le pregunté: "¿Dormiste aquí?".

"Sí. Metía mi cabeza profundamente en mis brazos”, dijo Zachary. Luego señaló la pared a un lado.

"¿Ves esto de aquí? ¡Mi nombre está escrito aquí! ¡Nunca esperé que todavía estuviera aquí!".

Zachary compartió su mundo conmigo.

Pasé mis dedos sobre su nombre que estaba escrito en la pared. "Está un poco borroso. ¿Lo escribiste tú mismo? ¡Tú letra no puede ser tan fea!".

“Olvidé quién lo escribió. De repente lo noté durante la clase un día. Nunca esperé que todavía estuviera aquí. De todos modos, mira por la ventana".

"¡Un árbol de cerezos en flor!", dije.

"Sí. En ese entonces, solía esperar a ver florecer el árbol, pero de alguna manera, siempre me lo perdía. Nunca he visto cómo florece el árbol, pero está bien. Te tengo aquí hoy".

Me sonrojé al instante y dije: "No soy tu flor de cerezo".