El Amor Eterno romance Capítulo 134

Resumo de Capítulo 134: El Amor Eterno

Resumo de Capítulo 134 – Capítulo essencial de El Amor Eterno por Internet

O capítulo Capítulo 134 é um dos momentos mais intensos da obra El Amor Eterno, escrita por Internet. Com elementos marcantes do gênero Romance, esta parte da história revela conflitos profundos, revelações impactantes e mudanças decisivas nos personagens. Uma leitura imperdível para quem acompanha a trama.

He estado teniendo un momento de mala suerte en los últimos días. He tenido que aguantar una cachetada en mi rostro, ser apaleada, e inclusive ser rasguñada por un cuchillo. Ahora, era objeto de intento de agresión, el cual apenas pude escapar de cuando Dixon me encontró.

Dixon me agarró fuertemente. No estaba herida, pero me recompuse yo misma y me senté en una silla asombrada.

Las luces en el patio eran tenues. Me senté allí temerosa, olvidándome de Dixon. Él se levantó del suelo para recomponerse, estrechando su brazo para planchar su ropa con la mano y limpiar su traje.

“¿Qué están haciendo señoritas?”, él preguntó en un tono enronquecido.

Wendy inmediatamente intentó evitar sospechas e intentó defenderse ella misma. “Señor Gregg, esto no tiene nada que ver conmigo”, ella imploró. “¡No sabía que Gwen haría esto! De cualquier forma, ¿Están heridos?”.

Dixon la ignoró, girando a ver a Gwen. “¿Qué hay en esa botella?”, él interrogó.

“Dixon, es acido”, ella sonrió. Ella parecía absolutamente cínica. Mirando fijamente al charco de ácido en el piso, me estremecí al imaginar qué pasaría si el ácido me hubiese caído en mi cara. Me rehusé a imaginar mi rostro siendo desfigurado. ¡Se sentía peor que la muerte!

Tome un respiro profundo y escuché a Dixon ordenarle al asistente que vino con él.

“Yoel, por favor, lleva a Gwen afuera”.

El asistente de Dixon acompañó a Gwen afuera del patio. Wendy no se atrevía a quedarse, murmurando una excusa para irse.

Dixon esperó hasta que todos se fueran para venir a sentarse al lado mío. Él me abrazó fuertemente; sus brazos estaban envueltos alrededor de mis hombros firmemente.

“Está bien. No tengas miedo. Estoy aquí”, él susurró, consolándome.

Sacudí mi cabeza, escuchando la voz arrepentida de Dixon.

“Lamento por no haber sido capaz de protegerte, sino que te dejé sufrir”.

Él intentó besarme, pero dejé salir un suspiro y dije, “Estoy bien, gracias”.

Él estaba decepcionado mientras veía mi reacción.

“No necesitamos agradecernos mutuamente”, él respondió.

“Por favor, déjame sola, Dixon. Dame un momento para mí”.

Medité por un momento y le recordé. “Por favor, mira la salud mental de Gwen. Si ella está teniendo problemas, por favor, envíala a otra ciudad”.

Hacer que se quede en Ciudad Wu solo me daría más problemas.

“De acuerdo, debería irme para arreglar este asunto”.

Dixon me besó en la mejilla suavemente y se fue. No lo detuve en hacerlo. Me quedé conmocionada, incapaz de rechazarlo.

Después de sentarme en el patio por un tiempo, Henry apareció. Él me vio mirando fijamente a la nada y me dio palmaditas en la cabeza.

“Juzgando por tu expresión, ¿por qué parece que estás aterrorizada?”, preguntó él.

Sacudí mi cabeza. “Nada”, mentí.

Me levanté y tomé mi móvil que dejé caer al suelo. Henry preguntó cómo me estaba sintiendo. “Relativamente bien”, contesté.

“¿Quieres deshacerte de la cicatriz en su rostro?”, él indagó.

“¿Puede ser removida?”, pregunté con emoción.

“Sí, la próxima vez que regreses a Ciudad S, te tendré a alguien para que te la remueva”.

“Gracias, Hermano”, acepté.

“No te preocupes. No necesitamos agradecernos mutuamente”.

Él dijo exactamente lo mismo que Dixon.

Henry tenía algo que atender urgentemente en la Ciudad S. Antes de irse, él me recordó ir a la Ciudad S; de lo contrario, él me arrastraría de vuelta con él. Hice una promesa.

“La familia Smith de Ciudad Tong, la familia Stone de Ciudad A, la familia Steward de Ciudad S y la familia Hoffman de Ciudad D. Estos cuatro clanes solían ser las familias más poderosas en sus ciudades”, Chuck continuó, “Hace ocho años, la familia Schick tomó control y las destruyó a todas. En una sola noche, todas las autoridades de las ciudades se derrumbaron y cambiaron completamente. Ahí fue cuando la familia Yale y la familia Cook se volvieron poderosas. Hasta ahora, aún no tenemos idea de qué métodos usaron para eliminar a los cuatro clanes. De lo que he escuchado, esos clanes no tenían nada en su contra”.

Había escuchado acerca de esto anteriormente cuando recién había tomado posesión de la Corporación Shaw, pero no tenía ni el tiempo ni la energía para indagar en el tema. Si no fuese por mi asistente, me hubiese olvidado completamente de eso. En aquel entonces, las ciudades fueron limpiadas, permitiendo que las familias débiles se levantaran. La familia Yale y Cook vieron la oportunidad.

En ese momento, La Corporación Shaw no era considerada débil ya que nuestra influencia se extendía por todo el país. Si Zachary quisiera ir en nuestra contra, entonces, no le sería nada fácil. Asumí que esa era la razón por la que nos dejó ir.

“Zachary nunca se hizo amigo de nadie”, Chuck recordó, “Tampoco se hizo enemigos. No sé porque usted estaría preguntando por él de repente, pero, por favor, manténgase cuidadosa. No se acerque mucho a él tampoco. Esto no es algo bueno para la familia Shaw. Nunca debe hacerse amigo de un tigre salvaje”.

¿Era Zachary lo suficientemente aterrador para Sean y mi asistente para advertirme acerca de mantenerme alejada de él? ¿Cómo podría ser cazado un hombre tan poderoso?”.

Escondí el hecho de que Zachary y yo ya nos habíamos conocido.

“No lo conocía personalmente, pero alguien lo había mencionado, y me dio curiosidad. No deberíamos tener miedo de él. La familia Shaw siempre es cautelosa, pero no tenemos miedo de atacar cuando es necesario. No deberíamos tener miedo para tomar precauciones”.

“Sí, solo estaba meramente estableciendo una opinión. Comparado con el perfil de Charles, el pasado de Zachary es mucho más fuerte que él”, Chuck contestó.

Zachary en efecto era un hombre poderoso.

Me giré y vi un Bentley negro en el mismo lugar, sin moverse. No tenía miedo de él, pero luego de escuchar las advertencias de Sean y Chuck, me hicieron ser precavida con Zachary. El miedo que tenía hacia él crecía dentro de mí.

Colgué la llamada y continué caminando cuesta abajo. El coche me seguía desde atrás. Me harté y me dirigí al Bentley, pero no pude ver a Zachary dentro del coche.

“¿Dónde está Zachary?”, le pregunté al conductor.

“El señor Schick me ordenó que la siguiera”, él cortésmente explicó. “Me dijo que la llevara a casa si era necesario”.

Él era algo considerado.

No tenía un hogar en Ciudad A, así que le permití llevarme a un hotel.

“Señorita Shaw, el señor Schick me ordenó que la llevara a la casa de él si no tenía un lugar donde hospedarse”.

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: El Amor Eterno