El Amor Eterno romance Capítulo 1389

De repente entendí algo más sobre Lucas. A sus ojos el bien y el mal no se diferenciaban. A él no le importaba nada. Después de todo, su único objetivo era alcanzar su felicidad.

Ese hombre era extremadamente despreocupado y casual. En el momento en que él actuara por capricho, fácilmente causaría problemas y nunca empatizaría con las personas a su alrededor.

Él deliberadamente me dijo que no empatizaba con nadie.

Intencionalmente dije: "Señor, eso no está bien porque somos... solo soy una sirvienta sin importancia ".

Él repitió lo que dije: "¿Una sirvienta sin importancia?".

Le mentí y le hablé superficialmente. "Sí. Soy igual que los demás aquí en la villa. Solo soy una sirvienta que lo atiende. Señor, usted es una persona importante. Además, solo estoy...".

Quería decir que ya estaba casada, pero el hombre a mi lado de repente me interrumpió. Él me dijo en voz baja: "El estatus es solo una medida para obstaculizar a la gente. Aquellos que siguen su corazón abiertamente no les importaría".

"Señor, ¿está diciendo que tiene el corazón abierto?".

Lucas entrecerró los ojos y preguntó: "¿Yo dije eso?".

Él hizo una pausa y de repente continuó diciendo en melancolía.

"El estatus es solo una atadura para restringir a una persona. Eso fue lo que dije, ¿verdad? Carol, dije que no me importaba, pero aun así quería ser alguien que pudiera igualarla. Aun así, todo lo que tengo ahora es inútil porque ella ya es la esposa de otra persona. Sin embargo, no me arrepiento. Al menos, durante estos años... ¿Qué logré realmente?".

Lucas me miró con dudas en sus ojos.

Mi corazón tembló en gran medida por lo que él dijo. Lo que más sentía era lástima por él, pero no simpatizaba con él.

Lo que Lucas necesitaba no era simpatía.

De repente no supe qué más decir. Mis ojos se encontraron con los suyos en silencio. Él pensó por un rato y dijo angustiado: "Siento que logré algo, pero no tengo mucho, pero al menos... puedo protegerla en secreto con mi poder".

Qué Lucas tan humilde...

Eso no estaba bien. Nébula era malvado y despreciable.

El hombre que estaba frente a mí no era Lucas, era Nébula. Incluso si él estuviese luchando contra todo el mundo, en lo más profundo de su corazón... sería lo mismo para Lucas y Nébula. Los dos se preocupaban por mí.

Ambos me querían en secreto, sin que yo lo supiera.

En el pasado, no podía entender bien sus emociones. Como mucho, podía sentir empatía con él porque también amaba a otra persona en secreto.

Sin embargo, las cosas cambiaron...

Cuando me paré frente a él como una extraña y poco a poco lo fui entendiendo más, me sentía más impotente. Después de escuchar sus palabras, me deprimí y me sentí perdida.

¿Qué hice para merecer que él me recordará por catorce años? ¿Cómo podría llegar a ser la chica que a él le gustaba? ¡¿Cómo podría merecer ser su luz?!

Me dolían los ojos y Lucas estaba extraño. Pensativo, él preguntó: "¿Por qué lloras? ¿Te mordí demasiado fuerte?".

Lloré porque le tenía estima. Sentía mucho pesar por mi hermano Lucas.

"Está bien. Le ayudaré a encender la televisión, Señor".

Me levanté y fui a encender la televisión. Después de eso, me senté al lado de Lucas muy normalmente. Él tomó el control remoto al lado del sofá y puso un canal dibujos animados. Luego, dejó el control remoto y miró la televisión en silencio.

Recordé aquella vez que estuve en su casa. Él también había puesto un canal de dibujos animados ese día.

¿A ese hombre le gustaba ver programas de dibujos animados?

Estaba perplejo, pero no me atrevía a preguntarle a Lucas.

Cinco minutos después, la caricatura terminó y un anuncio comenzó. Lucas se frotó la cabeza y dijo: "Me duele la cabeza".

Rápidamente, le pregunté: "Señor, ¿necesita algún medicamento?".

Él negó con la cabeza y explicó: "Siempre tengo dolores de cabeza. La memoria en la que conocí a Carol cuando era mayor sigue apareciendo en mi mente todo el tiempo. No estoy seguro de si es un sueño o qué... Me duele más la cabeza cuando pienso en ello".

Su memoria… Lucas recordaba el pasado. Audazmente supuse que él recordaba todo.

Sin embargo, lo único que él no podía recordar era mi cara. De lo contrario, lo que él quizás pensó fue que el tiempo que pasamos en Ciudad Wu fue solo un sueño.

Lucas siguió frotándose la cabeza, pero eso no lo ayudó. Luego, él comenzó a golpearse la cabeza. Rápidamente me levanté y le serví una taza de agua tibia. De repente, él levantó la cabeza y me miró con crueldad en sus ojos.

Él sonrió siniestramente y preguntó: "¿Por qué estás en mi habitación?".