El Amor Eterno romance Capítulo 1390

¿Qué estaba pasando con Lucas?

¡Su personalidad y recuerdos eran simplemente impredecibles!

"Oh. Yo fui quien te trajo”, él dijo.

Él hizo una pregunta y se respondió él mismo.

De repente, él me agarró de la muñeca y me tomó entre sus brazos.

Nunca antes había estado tan cerca de Lucas. Su cuerpo era fornido y su abrazo era cálido. Inconscientemente luché, pero él apoyó su barbilla en mi hombro y me advirtió con una voz extremadamente fría.

"No te muevas. Déjame abrazarte. Tengo frío. Si continúas luchando, te abandonaré en lo más profundo del bosque y te daré de comer a los lobos salvajes. Siempre cumplo con mi palabra".

Me mordí el labio y le pregunté en voz baja: “Señor, ¿todavía le duele la cabeza? ¿Por qué siempre le duele la cabeza? ¿Ha sufrido alguna lesión antes?".

La respiración de Lucas rozó el costado de mis oídos. Él no respondió a mi pregunta. En cambio, murmuró para sí mismo después de un largo rato.

"Carol, tengo frío. Carol, ¿soy demasiado malvado?".

Él no me estaba hablando. Esas palabras eran para la niña en su mente.

Nébula nunca había maltratado a Carol. Su paranoia y cambios de humor estaban dirigidos a todos excepto a Carol. Él era cruel y de sangre fría con todos los demás.

Desafortunadamente, yo era solo otra persona para él en ese momento. Yo no era su Carol.

¿Debería decirle que yo era la misma Carol que él tenía en su cabeza?

¿Qué tal si él no me cree? ¿Y si él no estaba dispuesto a reconocerme? ¿Qué debería hacer entonces?

"Señor, ¿me está hablando?".

Sentí la tentación de volver a ponerlo a prueba.

"¿Tú? ¿Quién eres tú?".

Lucas me soltó y me examinó un rato. Después de un momento, finalmente volvió a su expresión inicial y dijo: "Mi memoria no es tan buena".

Luego, él explicó: "Tiendo a olvidar las cosas de forma intermitente, pero de repente las recuerdo. Me siento un inutil".

Él dudó de sí mismo.

"Señor, ¿cómo puede llamarse a sí mismo un inútil?".

Él permaneció en silencio, mientras continuaba viendo la televisión. Le pregunté en voz baja: "Señor, ¿quiere volver a ver a la chica de sus recuerdos?".

De repente, él dijo: "Soy un enfermo mental".

El tono de Lucas estaba lleno de desesperación.

Confundida, le pregunté: "Señor, eso es...".

"No merezco verla si estoy en este estado".