El Amor Eterno romance Capítulo 1446

Zachary tenía razón. Lucas no parecía el tipo de hombre que tomara la iniciativa para buscar amor familiar.

Además, la señora a la que él se acercó lo abandonó cuando todavía era un niño. Aunque ya no estuviera resentido, él no elegiría estar cerca de ella.

En ese caso, ¡¿En que estaba pensando?!

No podía averiguarlo.

Le conté a Zachary: “No estoy segura de lo que piensa Lucas. Olvídalo. Vamos a dormir. Segundo Hermano, ¿estás ocupado?”.

“Si, puedes dormir”, dijo.

Me acosté en la cama y me dormí. No mucho después, alguien me abrazó por la cintura desde atrás. Me acerqué a él y murmuré: “Buenas noches”.

Ya estaba bastante dormida, así que rápidamente me volví a dormir profundamente.

***

Zachary siempre se despertaba más temprano que yo.

Para cuando me desperté, el hombre ya no estaba en la habitación. Fui al baño para refrescarme. Luego de cambiarme, bajé y encontré a Zachary en la sala como siempre.

Nuestros dos hijos estaban jugando con sus juguetes en la manta frente a él. Me acerqué por la parte de atrás del sofá y lo abracé por el cuello.

Le pregunté: “¿Los niños ya comieron?”.

“Sí, ¿tienes hambre?”.

Zachary quería levantarse luego de preguntarme eso. Lo presioné en los hombros hacia abajo con mis manos y dije: “Lo haré yo misma. ¿Qué desayunaron tú y los niños?”.

El hombre se sentó y dijo. “Mamá hizo un poco de congee de carne. También hizo puré de calabaza para los niños y otros acompañantes”.

Le pregunté: “¿Dónde está mamá?”.

“Acaba de recoger unas flores de Eustoma antes de regresar a la villa”.

Resulta que a Luna le gustan mucho las flores de Eustoma.

La niñera le dio el abrigo a Zachary. Rápidamente él tomó el abrigo y se lo puso. Tomé el abrigo de Ralph y ayudé al pequeño a ponérselo.

Zachary tomó al niño de mis brazos. Luego de eso, le puso un sombrero en la cabeza a Ralph. Apoyó el dorso de la cabeza de Ralph en su palma y se dispuso a marcharse.

Él solo caminó dos pasos antes de detenerse y llamarme.

“Bel, ven conmigo”.

Rápidamente, le dije a la niñera: “Cuiden de la Pequeña Joven Señorita por mí”.

Seguí a Zachary. Luego de salir finalmente vi que comenzó a llover afuera. El clima de Ciudad Wu era realmente desagradable.

Tomé un gran paraguas de la niñera y lo sostuve sobre Zachary, quien cargaba a Ralph.

Zachary sostuvo a Ralph con fuerzas contra su pecho.

Justo cuando subimos al coche, el niño comenzó a llorar. Me entristecía verlo tan incómodo, pero pacientemente lo convencí: “Ralph, es un buen chico, Papá y Mamá están justo aquí”.