El Amor Eterno romance Capítulo 1685

"No te preocupes. ¿Dónde estás ahora?".

Lance siempre había sido muy paciente con Yara.

"Estoy en el taxi, de camino a casa".

"Entonces espérame en casa", respondió Lance.

Después de colgar la llamada, Lance salió inmediatamente del hospital y se dirigió al estacionamiento para subir al coche. Condujo rápidamente y llegó a casa justo antes que Yara.

Esperó pacientemente a que ella llegara a casa, así que tuvo que obligarse a ser paciente.

Sin embargo, Yara tardó mucho en volver, y no llegó a casa hasta la noche.

Cuando abrió la puerta y se encontró con el hombre mirándola fijamente en silencio, se disculpó: "Estaba abajo, pensando en algo".

Lance permaneció amable y dijo: "No te preocupes".

No tenía problema con esto, ya que él ya conocía la razón de sus emociones en conflicto. Él sabía que ella estaba preocupada y aterrorizada desde el fondo de su corazón.

Yara entró en su casa y se puso unas pantuflas. Luego, caminó hacia Lance y se arrodilló frente a él. Puso ambas manos sobre sus muslos, y escondió la cabeza en su abrazo.

Se veía completamente lamentable e impotente mientras rompía a llorar.

"Estoy triste".

Lance le acarició la cabeza y dijo: "Acordamos que haríamos lo que tú decidieras, pero ahora… Yara, no puedes soportar abortar ambas vidas, ¿verdad? No puedo decidir por ti. Esta decisión depende de ti".

"Tengo miedo de pasar por un embarazo. Tendré que sufrir durante diez meses enteros. Además, será insoportable dar a luz. Y no solo eso, tendré que cuidar de ellos".

"Lance, todavía soy joven. ¿Cómo voy a cuidar de dos niños? Además, he escuchado que la mentalidad de uno cambia después de dar a luz".

Yara no quería ser madre todavía. No estaba preparada para ser una madre y dedicar toda su vida solo a su hijo. Lo único que quería era vivir su propia vida.

Lance la comprendía.

Después de todo, ella sólo tenía veinte años. Es verdad que era demasiado joven; era tan joven que se sentía mal por ella.

Lance le dio unas ligeras palmaditas en la espalda para tratar de calmarla. Le explicó con voz suave.

"Yara, los dos pequeños que tienes en el vientre ya tienen tres meses. Solo tendrás que soportarlos durante otros siete meses, luego darás a luz. No sé qué decir para consolarte, y a decir verdad, no soporto dejarlos ir".

Lance continuó: "Soy su padre. Es normal que no pueda soportar la idea de abortarlos. Te prometo que estaré a tu lado todos los días durante tu embarazo, y si crees que eso no es suficiente, puedo poner en pausa mi carrera. Puedo volver a trabajar después de dos o tres años. No sería más que un detalle, tú eres lo más importante para mí".

"Además, ¿por qué crees que serías la única haciéndose cargo de los niños? Si tenemos dos pequeños, tenemos que contratar a una niñera para que nos ayude. Además, yo estaré aquí también. No dejaré que sufran o tengan dolor alguno".

Estas preguntas seguían resonando en la mente de Yara.

Finalmente, parecía que se había decidido. Llamó a Lance.

"Lance, tengo algo que decirte".

Lance abrió la puerta y entró en la habitación. Preguntó: "¿Qué sucede?".

Se acercó y la abrazó. La abrazó y le dejó sentir su calor.

"Lance, tendré a los niños, pero no quiero preocuparme demasiado. Tienes que ser un buen padre después de que nazcan".

Lance entornó los ojos y sonrió felizmente: "Está bien".

A decir verdad, ya estaba seguro de la respuesta final de Yara desde el momento en que vio como ella luchaba con sus pensamientos. Estaba seguro de que Yara no se atrevería a quitarles la vida a sus dos hijos.

Aun así, seguía preocupado mientras esperaba su respuesta final.

Afortunadamente, no se sintió decepcionado luego de su espera. En ese momento, una gran sensación de satisfacción llenó su corazón.

"Yara, gracias".