El Amor Eterno romance Capítulo 1714

El helicóptero se detuvo en un área despejada cercana. Yara y yo nos desplazamos en coche hasta el lugar donde se encontraba Wallace.

Al bajar del coche, vimos a Bambi corriendo mientras perseguía una gran bandada de palomas blancas en la enorme plaza.

Mientras tanto, Wallace parecía impaciente mientras la esperaba cerca.

Yara y yo caminamos hacia el lado de Wallace. Mientras caminábamos, le pregunté a Yara con curiosidad: "¿No te daba miedo él? ¿Por qué lo agregaste en tus contactos?".

"Nos hemos visto unas cuantas veces más gracias a ti. Entonces, me di cuenta de que suele actuar con normalidad. Además, no fui yo quien lo agregó primero. Me agregó porque tú y yo tenemos una gran relación. Dijo que se pondría en contacto conmigo si no podía contactarte".

Yara añadió con un tono débil: "No hacía diferencia si lo agregaba o no, pero como él lo inició, no había necesidad de que lo rechazara".

Me acerqué y lo saludé: "Wallace".

Se dio la vuelta y dio un paso adelante cuando me vio. No me saludó ni dijo nada más. En cambio, se comenzó a quejar de una vez: "Es como si Florence se hubiera vuelto loca o algo así. Ya ni siquiera se preocupa por su hija. Sigue dejando a Bambi conmigo".

Probablemente, Florence dejó a Bambi con él porque quería alentar su relación de padre e hija. Sin embargo, nunca esperé que Wallace siguiera sin saber la verdad. ¿Cuándo se daría cuenta por fin de que Bambi era su hija?

Quería decírselo, pero temía que esto empeorara la situación.

Después de todo, le prometí a Bambi que mantendría el secreto por ella.

"¿No te estás divirtiendo con ella?", pregunté.

Wallace sacudió la cabeza y preguntó: "¿Quién dijo eso?".

Me burlé de él a propósito y le dije: "Incluso publicaste una foto con ella. ¿Desde cuándo eres tan paciente con los demás? Hace tiempo, incluso querías que Ralph viviera contigo. ¿Qué ha cambiado?".

Wallace explicó con desdén: "Sigo queriendo que Ralph se quede conmigo porque soy su tío. Sin embargo, ¿estarías tú de acuerdo? Claro que no lo estarías, pero igual sigues burlándote de mí en este momento. Aprendiste todo lo malo, Carol".

Bambi corrió hacia nosotros y saludó: "Tía Caroline".

Resultó que Bambi todavía se acordaba de mí. Tenía buena memoria.