El Amor Eterno romance Capítulo 1827

Ella no se daba cuenta de lo atractiva que era.

Esa “ella” no era otra que la misma Isabelle.

Cedar le entregó el caramelo después de que lo abrió. Isabelle tomó el caramelo y se lo metió en la boca.

Isabelle era perezosa, y no tenía ganas de cargar su bolsa de bocadillos, así que tranquilamente la colocó en la mano de Cedar.

Cedar, sin palabras, tomó la bolsa en su mano y de repente sostuvo su palma. Isabelle no apartó su mano. Para ella, era normal tomarse de la mano con su familia. No tenía nada de extraño, ya que eran una familia.

La mano de Cedar estaba cálida, pero la de ella estaba fría. Isabelle disfrutó la sensación de sostener la mano de Cedar.

Ella charló casualmente y dijo: “Me iré de Espoo en unos días, pero tengo que ocultárselo a Mamá y Papá. Me apresuraré a regresar a Ciudad Wu antes de mi fiesta de cumpleaños. Hermano Mayor, ¿habrás regresado a Ciudad Wu para entonces?”.

Cedar fingió no saber nada y preguntó: “¿Por qué debería volver a Ciudad Wu?”.

“¿No vendrás a la fiesta de cumpleaños de mi hermano y mía? Oh, es que no has asistido a nuestras fiestas de cumpleaños en el pasado. ¡Quizás estabas muy ocupado! Puedes elegir asistir o no después. De todos modos, no espero con ansias mis fiestas de cumpleaños, pero a Mamá le encantan las fiestas grandes. Una vez que termine la fiesta, iré a encontrarme con el Hermano Lucas y le pediré mi regalo”.

La voz de Cedar se endureció un poco cuando preguntó: “¿Hay algún regalo en especial que quieras?”.

Sin pensarlo dos veces, Isabelle respondió: “Cualquier cosa está bien. Hermano Mayor, puedes darme cualquier cosa. Me gustará cualquier cosa que me des. Incluso si no me das nada, no habrá problema”.

Isabelle esperaba con ansias su regalo de cumpleaños de parte de Lucas. Incluso iría hasta su casa para recibir su regalo de él personalmente.

Sin embargo, ella trató el regalo de Cedar con indiferencia, y dijo que estaba bien incluso si él no le daba nada.

¡Se notaba que Isabelle era muy poco exigente cuando se trataba de Cedar!

Cedar permaneció en silencio.

Ya que él estaba tan callado, Isabelle preguntó: “Hermano Mayor, ¿por qué no dices nada? Siempre te quedas callado tan repentinamente”.

Cedar preguntó en voz baja: “¿Qué quieres que diga?”.

“No importa. Puedes seguir callado”, dijo Isabelle.

Cedar se quedó sin palabras.