El Amor Eterno romance Capítulo 1828

Isabelle tuvo un sueño.

En su sueño, el Hermano Nash ya no estaba allí. Sin embargo, su Hermano Mayor apareció de repente.

Su Hermano Mayor le preguntó si podía considerar su relación, pero Isabelle lo rechazó sin pensarlo dos veces.

Si dependiera de ella, no se atrevería a rechazarlo. Él tenía un rostro tan encantador y atractivo, pero nunca podría pertenecerle.

Así se sentía ella. A pesar de eso, Isabelle se sintió rara, ya que besó a su Hermano Mayor en su sueño y dijo: “Mi hombre”.

¡¿Qué está pasando?!

De repente, ella abrió los ojos y pudo sentir su corazón acelerado del miedo mientras miraba a la persona frente a ella.

Ella gritó, aturdida: “¡Hermano Mayor!”.

Cedar preguntó con voz suave: “¿Estás despierta?”.

“Tuve un sueño”, dijo Isabelle.

Cedar bajó la mirada y preguntó suavemente: “¿Con qué soñaste?”.

Isabelle se quedó mirando el apuesto rostro frente a ella, aturdida. Ella no podía decirle que lo había besado en su sueño, ¿verdad? De lo contrario, ¡eso solo haría la situación aún más incómoda!

Ella negó con la cabeza y dijo: “No es nada”.

Se hizo a un lado y agregó: “Quiero seguir durmiendo”.

Isabelle se volvió a dormir, pero su corazón todavía estaba hecho un lío. ¿Por qué tuvo ese sueño? ¿Por qué, de entre todas las personas, fue Cedar?

¿Acaso fue por las tonterías que él había dicho antes, frente a la estación de policía?

Isabelle suspiró. “Tal vez son mis pensamientos femeninos. ¡Debería encontrar un novio pronto, pero no quiero conformarme con cualquiera! ¿Qué debería hacer? Mi querida otra mitad, ¿cuándo aparecerás?!”.

Isabelle se sintió muy preocupada desde el fondo de su corazón. Estaba frustrada, ya que no tenía a alguien que le gustara.

¡Puede que haya estado detrás de Nash anteriormente, pero ya no tenía un objetivo que perseguir!

Cedar preguntó en voz baja: “¿Qué estás murmurando?”.

Isabelle lo encontró gracioso cuando vio a todos los paracaidistas que se unirían a ella en el vuelo. Ella supuso que el Asistente Yair estaba preocupado por ella, así que no protestó al respecto.

Ella vestía su traje de paracaidismo profesional. Sacó su teléfono y grabó un video corto de sí misma.

“Estoy a punto de saltar desde una altura de 7,500 metros. Esta es la iniciación de la vida adulta de Isabelle, así que debo tener éxito. Me pondré mi máscara de oxígeno primero. Mamá y Papá, ¿pueden verme? Hermano Ralph, ¿puedes verme? ¡También, mi extraño tío!”.

La persona que estaba al lado le entregó la máscara de oxígeno a Isabelle inmediatamente. Ella llevaba ropa impermeable ese día. Se había esforzado mucho con su preparación para su desafío de paracaidismo. Hizo un entrenamiento en una cabina presurizada para adaptarse a los cambios en la presión del aire a gran altura. También realizó entrenamiento físico como preparación antes del salto en paracaídas.

Pasó medio mes preparándose. Su éxito o fracaso dependería de ese momento.

Después de ponerse la máscara de oxígeno, tomó una cámara de video profesional de la persona que estaba a su lado y la ató frente a ella. Después de la señal del entrenador, comenzó a correr y saltó.

Lo primero que vio fue el interminable cielo azul, y las nubes blancas justo frente a ella. Ella sonrió feliz, y gradualmente vio la vasta tierra. Era difícil describir con palabras la belleza de la tierra que se ensanchaba ante sus ojos.

A su lado había un gran grupo de paracaidistas profesionales. ¡Su única tarea era protegerla!

Isabelle gritó: “¡Ay… Isabelle!”.

Ella sonrió y se dijo felizmente: “Felicidades por volverte una adulta”.