El Amor Eterno romance Capítulo 1889

Isabelle fue directa y honesta, pero se veía triste cuando lo dijo.

Cedar no pudo evitar extender su mano y acariciar su cabeza. Él instó: “Tienes que comer regularmente para mantenerte saludable”.

“¡Lo sé! Por cierto, Hermano Mayor, ya que estarás en casa para el Año Nuevo Lunar, ¿adónde irás cuando termine? ¿Regresaras a Noruega?”.

Cedar respondió: “Ciudad Ron”.

“Oh. He escuchado de Ciudad Ron antes. Yo regresaré a Irlanda después del Año Nuevo Lunar, pero quiero quedarme contigo un tiempo antes de regresar. Te acompañare en tu viaje a Ciudad Ron. ¡Debería ser fácil para ti alejarme de Madre!”.

Cedar curvó los labios y preguntó: “¿No tienes miedo de que ella sospeche de nosotros?”.

Por lo que Caroline recordaba, pensaba que Cedar e Isabelle no estaban realmente en contacto entre sí. Si de repente se llevaba a Isabelle con él, probablemente le parecería sospechoso. Aun así, viéndolo desde un ángulo diferente, Caroline probablemente estaría feliz de ver a los dos hermanos ser más cercanos.

“¿Qué deberíamos hacer entonces?”, preguntó Isabelle.

Cedar no parecía estar preocupado en absoluto. En cambio, respondió con confianza: “Lo discutiré con Madre”.

¿Cómo lo discutiría? Madre siempre confiaba en sus palabras, sin importar lo que dijera.

“¡Leoncita, estás en casa con Hermano Mayor Cedar!”.

La voz de Jade vino desde la puerta. Isabelle miró hacia la puerta y vio a Jade y Raphael poniéndose las pantuflas. Ella inmediatamente se levantó y corrió hacia ellos.

Isabelle preguntó: “¿Por qué siempre están juntos?”.

Isabelle ya sabía la respuesta obvia. Sin embargo, los dos le habían ocultado su relación a lo largo de los años.

Por esto, ¡no podían culparla por intentar tomarles el pelo!

Raphael entró en la casa y golpeó la frente de Isabelle con el dedo . Él le recordó: “Hiciste que el Tío Joshua te cubriera de nuevo. Ten cuidado, en caso de que las cosas no salgan como quieres algún día”.

Isabelle se aferró al brazo de Raphael. Ella actuó como una bebé mientras decía: “¿Qué más podría haber hecho? ¿Puedo convertirte a ti en el chivo expiatorio? Solo eres mayor que yo por unos minutos. Entonces, ¿por qué Mamá es tan indulgente contigo? ¡Ella solo me controla a mí, pero no a ti!”.

Raphael le dijo la respuesta obvia.

“¿Quién te obligó a que perdieras el tiempo constantemente y fueras tan desobediente? Yo siempre sé lo que estoy haciendo”.

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