El Amor Eterno romance Capítulo 1910

Si Isabelle se mantenía a salvo, entonces Elena también estaría a salvo.

Lo que Lucas necesitaba que hiciera no era necesariamente ser el chivo expiatorio de Isabelle en el futuro. Más bien, necesitaba a alguien que priorizara la seguridad de Isabelle si ella llegaba a estar en peligro en el futuro. Necesitaría elegir salvar a Isabelle primero, sin importar el riesgo, incluso si le costaba la vida.

Lucas no necesariamente necesitaba que ella lo hiciera, pero sabía que Isabelle necesitaba a una persona a su lado que estuviera dispuesta a hacerlo. Necesitaba a una persona cercana, que estuviera cien por ciento seguro y dispuesto a protegerla.

Lucas la observó durante dos años, y Elena era la elección más adecuada.

Después de todo, sus sentimientos por Isabelle…

Incluso si él no le diera una oportunidad, ella elegiría proteger a Isabelle si algo llegaba a pasar. La salvaría en el futuro, incluso a pesar de ese débil poder suyo.

Lucas estaba seguro de que Elena tenía la valentía y voluntad para proteger a Isabelle. Además, estaba en el mismo equipo que ella. Siempre estaría cerca de Isabelle. Viendo esto, ¿no sería una buena idea el hacerla más fuerte?

Lucas pensó que debería darle una oportunidad de redención, tal como Caroline se la dio a él en ese entonces.

Él le daría la oportunidad de volverse más fuerte, y de conseguir más poder.

“Conseguiré a alguien y te enviaré lejos. Recibirás entrenamiento en secreto durante medio año. Si después de medio año no has logrado nada, eso significará que realmente eres inútil”, dijo Lucas.

Lucas inclinó levemente su paraguas y se cubrió los ojos.

Él explicó: “Eres una atleta de parkour profesional. Eres ágil y tienes una gran habilidad. Debería ser fácil para ti aprender técnicas de defensa personal y obtener la fuerza para proteger a Isabelle. En cuanto al dinero… Será suficiente para que vivas cómodamente. En cuanto a tu padre… Puedes resolverlo por ti misma en el futuro. No soy tu salvador”.

Lucas nunca había sido un salvador. Él siempre cambiaba un favor por otro. Por supuesto, eso no significaba que arruinaría su vida. Además, ella tenía la opción de elegir.

Todo lo que le estaba ofreciendo era solo una oportunidad.

“Lo entiendo. ¿Puedo saber quién eres?”.

Lucas sonrió y respondió: “Solo soy un don nadie. Soy Nebula”.

Él no era más que un don nadie para Elena, ya que ella no había oído hablar del poderoso hombre frente a ella.

Elena respondió con firmeza: “Haré lo mejor que pueda”.

Lucas no le respondió. En cambio, sostuvo su paraguas y se fue.

Elena se dio la vuelta y miró su espalda mientras se iba. Se veía orgulloso y arrogante, pero también solitario.

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