El Amor Eterno romance Capítulo 1918

Si Zachary era la persona que más consentía a Isabelle, entonces la persona que comprendía bien a Isabelle era Lucas.

Zachary le dio mucha libertad a Isabelle, pero aún había muchas cosas que ella no podía compartir con él. Por esto, tenía que hablar con otros para desahogarse. La persona que aliviaba sus preocupaciones no era otra que Lucas.

Lucas tenía la mente tan clara como su padre. No solo eso, también entendía de psicología.

Isabelle siempre había sido consciente del poder de Lucas. Ella sabía que él era frío e indiferente con los demás, pero muy gentil cuando la cuidaba a ella. A pesar de eso, Isabelle realmente no entendía por qué él siempre era tan protector con ella.

Lucas amaba la vida de ella tanto como la de él mismo. Isabelle podía sentir su amor claramente. Por eso Isabelle lo amaba y lo extrañaba todo el tiempo, y también se quedaba con él durante la víspera del Año Nuevo Lunar.

Desafortunadamente, ella tenía que irse pronto. No podía quedarse con él más tarde en la noche.

Isabelle soltó la mano de Lucas y salió del coche. Caminó hasta debajo de su paraguas rojo y lo sostuvo del brazo. Ella sonrió y dijo: “Hermano Lucas, te encanta caminar. Siempre haces ejercicio caminando. Caminaré contigo y te acompañaré a casa”.

“Bella, puedes irte ya si estás ocupada”.

Isabelle negó con la cabeza y respondió: “Incluso si estoy ocupada, no hay nada más importante que estar contigo, Hermano Lucas. Por cierto, ¿vendrás pronto a ver mi competición en Irlanda? Solo te invité a ti”.

Lucas preguntó suavemente: “Bella, ¿no vas a invitar a Cedar?”.

Isabelle se negó y dijo: “Me sentiré incómoda si él está allí. Además, he estado pensando en lo que dijo Padre. Es verdad, Cedar aún no es mi prioridad”.

Efectivamente, ella nunca pensó en él como su prioridad. Sin embargo, Isabelle tenía sus propias razones complicadas para no hacerlo.

“Bella, te entiendo. Tu condición… Tu forma de pensar se ha vuelto más errática después de entablar una relación con Cedar. Él puede ser tu salvación, pero también puede convertirse en el obstáculo que empeora tu enfermedad”.

Isabelle entendió lo que Lucas quiso decir.

“Así es. Mis emociones cambian drástica y constantemente debido a Cedar. Me preguntaba si no debería estar enamorada. Aun así, realmente quería a alguien en quien confiar y tener intimidad. Me gusta Hermano Mayor desde el fondo de mi corazón. Él es la persona más adecuada que he conocido”.

“He estado pensando en lo que todos me han mencionado. Cedar es el indicado para mí. Estoy haciendo todo lo posible para acercar mi corazón al suyo, pero todavía me tomará algo de tiempo”.

La nieve se estaba haciendo más densa. Los dos caminaron lentamente hacia el condominio de Lucas.

Lucas escuchó pacientemente las palabras de Isabelle. Luego, después de que ella terminó de hablar, él respondió en voz baja: “Simplemente sigue queriéndolo y estarás bien”.

“Hermano Lucas, ¿qué quieres decir?”.

Lucas explicó con voz suave: “Si sigues pensando en todas esas cosas, solo te frustrará con más problemas. En ese caso, solo sigue queriéndolo sin pensar mucho en lo demás. Después de todo, él te gusta y no tienes a nadie más en tus pensamientos. Eso significa que ya estás segura de que tu amor por él es único”.

Lucas sacó el sobre rojo de su bolsillo. Él estaba bien preparado.

Isabelle lo abrió de inmediato y preguntó: “¿Cuánto es?”.

Ella lo sacó y contó: “Nueve mil novecientos noventa y nueve dólares”.

También había una nota de color azul claro. La hermosa letra de Lucas estaba escrita en la parte superior.

“Puedes venir a mí para conseguir más dinero cuando lo necesites”.

Isabelle sacudió la nota y le preguntó a Lucas: “¿No tienes miedo de que vaya a comprar muchos bocadillos?”.

Lucas levantó la ceja y preguntó: “Incluso si estoy preocupado, ¿eso te convencería de que no los comprarás? No importa si tienes dinero o no, igual encontrarás alguna manera de conseguir dinero para comprar algunos bocadillos”.

Al escuchar eso, Isabelle suspiró. “El Hermano Maurice me dio su tarjeta secundaria. Es tan tentador. Tengo miedo de perder el control”.

“En el momento en que aceptaste la tarjeta, dejaste de controlarte. Mejor hablemos de eso después… Durante tu competencia”.

Él planeaba ir para aliviar su estrés mental durante su competencia.