El Amor Eterno romance Capítulo 1919

Isabelle preguntó expectante: “¿Vendrás?”.

“Lo decidiré después”, dijo Lucas.

Lucas nunca hacía promesas a la ligera. Tenía miedo de no poder llegar, pero ya había decido ir.

“Te esperaré en Irlanda, Hermano Lucas”.

Ella se dio la vuelta y se fue después de decir eso. Lucas la observó mientras se alejaba saltando. Al final, ella abrió la puerta y subió al coche.

De repente se sintió deprimido.

Esa niña estaba constantemente enferma, pero nunca dejaba que otros se preocuparan por ella.

Isabelle le daba a los demás la ilusión de que era despreocupada, motivada y entusiasta. Solo él conocía el dolor en su corazón. Es posible que ella no pudiera controlarse durante el próximo año.

Una vez que perdiera el control, se volvería más ansiosa.

…

Mientras Isabelle se dirigía al aeropuerto, recibió una llamada de su padre. Ella respondió la llamada y dijo con una sonrisa: “¡Papá, llamaste!”.

“Leoncita, ¿no estás cansada?”.

Isabelle se sobresaltó. “Papá, ¿por qué lo preguntas?”.

“Yo soy tu padre. Me preocupo por ti. Solo quería decirte que hagas lo que quieras hacer. Si a tu madre no le gusta, simplemente escóndeselo”.

Isabelle preguntó felizmente: “Papá, ¿por qué me dices esto de la nada? Además, nunca me has estado controlando a lo largo de los años. Siempre he tenido mi libertad. Planeo escalar el Monte Kawagebo. ¡Hasta ahora, no ha habido ningún excursionista exitoso!”.

“Quiero asumir el desafío con mis amigos. Como ya te he informado, por favor no me regañes después. Además, no quiero traer a Tom conmigo. Quiero ir a escalar con mis amigos. Papá, no me lo niegues”.

“Sí. ¡Gracias, Papá, te amo!”.

Zachary sonrió. “Bien. Yo también”.

Isabelle continuó sonriendo después de terminar la llamada. Su padre siempre fue muy comprensivo con ella. Él la amaba incondicionalmente, pero ella siempre le causaba problemas. Ella se sintió culpable por eso.

Parpadeó y de repente extrañó mucho a Cedar.

Una vez que llegó al aeropuerto, fue a la sala VIP y buscó a Cedar. Entró y encontró a Cedar leyendo un libro en su mano.

Ella se acercó y lo abrazó.

“Hermano Mayor, ¿qué estás leyendo?”.

“Isabelle, pareces siempre estar feliz”.