El Amor Eterno romance Capítulo 1932

Isabelle no quería avergonzar a Cedar por sus propios actos. Por eso refutó a Lydia.

“Tú comenzaste, diciendo que Cedar era feo. Es tu culpa”.

Lydia se apresuró a negarlo. “¿Cuándo dije eso?”.

Lydia nunca iría en contra de Cedar. Después de todo, él era el heredero predilecto de su tío. Antes de que su familia decidiera quién sería el heredero oficial, ella prefería no ofenderlo.

Ella luego agregó: “Mamá, puedes preguntarle a Hermana Mayor. Esa mujer le ordenó a su subordinado que empujara al Hermano Miles al río, y después de eso, ella me empujó a mí también. El Asistente Steph estuvo ahí también. Mamá, puedes preguntarle”.

Layla le preguntó a la Asistente Steph: “¿Qué sucedió hace un rato?”.

Isabelle lo recordaba claramente. Lydia dijo que el Asistente Steph trabajaba para Quinton Yann. Si le preguntaban al asistente de Quinton, definitivamente se pondría del lado de la familia Yach.

A pesar de eso, Isabelle no estaba para nada asustada. Independiente de con quien se aliará, ¿qué era lo peor que podía pasar? Cuando mucho, tendría que exponer descaradamente sus fechorías y pelearía con ellos nuevamente. Ella se encargaría ella misma, y no avergonzaría a su Hermano Mayor.

Sin embargo, Isabelle no esperaba que el Asistente Steph fuera honesto cuando explicó lo que sucedió hace un rato, de manera imparcial.

“Efectivamente, la Señorita Yach dijo que el Señor Yach era feo. Al principio, estuve confundido de por qué esta joven señorita estaba enojada por ese comentario. Pero ahora que la veo al lado del Señor Yach, finalmente lo entiendo. Después de que la Señorita Yach comentó lo feo que era el Señor Cedar, esta joven señorita la refutó. Después de eso, el Señor Miles se enojó y la maldijo”.

“Fue entonces cuando esta joven señorita ordenó a su guardaespaldas a que arrojara al Señor Miles al río. Todavía no le había hecho nada a la Señorita Yach en ese momento. Ellas hablaron un poco más después de eso, y esta joven señorita pateó a la Señorita Yach al río. Eso es todo lo que pasó y lo que pude ver. Todo lo que dije es la verdad”.

El rostro de Lydia se puso pálido. Ella lo acusó: “Estás mintiendo. ¿Cómo podría decir que el Hermano Cedar es feo? Me estás calumniando. Estás tratando de convertirnos en enemigos”.

De repente, Cedar dijo débilmente: “¿Hacernos enemigos?”.

Lydia escuchó a Cedar haciéndole eco y rápidamente explicó: “¡Hermano Cedar, no confíes en ella! No dije nada sobre ti. ¿Cómo podría atreverme a hacerlo? Además, Mamá me enseñó a ser educada y sincera desde muy joven”.