El Amor Eterno romance Capítulo 1976

Isabelle terminó su llamada con Raphael.

Después de esa llamada, se dio cuenta de que la persona que más echaba de menos seguía siendo Lucas. Él siempre había estado a su lado desde que era joven y era el único, aparte de sus padres, que la conocía desde hacía tanto tiempo.

Sabía todo sobre ella, y siempre la cuidaba con delicadeza y atención. La mimaba en todo momento, y la dejaba hacer lo que quisiera.

Isabelle lo extrañaba.

Si pudiera, lloraría a gritos en sus brazos. Sin embargo, le angustiaba preocuparlo al hacer eso.

Aun así, Lucas era su hermano querido.

Aunque temía que él estuviera preocupado por ella, ¿acaso había alguien más a quien pudiera acudir?

Entonces, Isabelle llamó al número de Lucas.

Cuando Isabelle lo llamó, Lucas estaba jugando una partida de ajedrez por su cuenta.

Contestó la llamada y le preguntó suavemente: "Bella, ¿estás triste por algo?".

Isabelle estaba con Cedar en ese momento. Si ella había decidido llamarlo, eso significaba que no debía estar en un buen estado.

En el momento en que Lucas dijo eso, Isabelle no pudo contener más las lágrimas. Lloró con voz triste y le confesó todo a Lucas.

"¡El Hermano Mayor se enteró de mi pasado! Sólo quería disfrutar de un dulce amor, pero él arruinó toda mi fantasía de amor".

¿Era Cedar una persona tan descuidada? ¿O tal vez subestimó a Isabelle?

"El Hermano Mayor atrapó a ese hombre y lo llevó a Noruega. Se encargó de él cerca de su villa. ¡Me encontré con ellos, y los vi con mis propios ojos! Nunca podré olvidar la cara de ese hombre, ¡y mucho menos superar mi odio!".

"Odio al Hermano Mayor por arruinar mi paz y mi felicidad. Me costó tanto llegar a donde estoy, y me siento tan deprimida ahora mismo!"

"Esa cara sigue apareciendo en mi cabeza ahora mismo. Su cara estaba ensangrentada y llena de moratones. Se veía incluso más aterrador que antes".

"Todavía recuerdo cómo me hizo daño en la parte baja de mi cuerpo con su cigarrillo y cómo me golpeó violentamente con su puño. ¡Recuerdo cómo intentó ahogarme presionando mi cabeza bajo el agua! Esa sensación de asfixia todavía me persigue, después de todos estos años. ¡Siento que me voy a quedar sin aliento! ¡¡¡Hermano Lucas, sálvame!!!".

La chica del teléfono lloraba desconsoladamente.

"Bella, cálmate", dijo Lucas en voz baja.

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