El Amor Eterno romance Capítulo 198

La lluvia descendía con fuerza y golpeaba ruidosamente el camino de baldosas verdes. La oscuridad de los alrededores era como si me estuviera tragando.

La oscuridad en la casa de los Schick era aterradora, solo las linternas a lo largo del pasillo estaban débilmente encendidas. Mi cuerpo estaba temblando y no pude evitar pegarme más a Zachary.

Ese hombre entrecerró los ojos y me preguntó, "¿Qué herida?".

"Tercer hermano dijo que cuando regresas de la casa de los Schick, tu estarás…".

Antes de que yo pudiera terminar lo que iba a decir, Zachary me interrumpió suavemente, "Él te está mintiendo, Joshua simplemente es demasiado suelto".

Haberlo escuchado me hizo sentir avergonzada y enojada. Zachary levantó las manos y al igual que Joshua, tocó mi cabeza de ‘nezha’, como si él me hubiera estado consolando.

Yo estaba aturdida, y dije, "De repente has sido muy gentil".

Zachary arqueó sus cejas, "¿Mmm?".

"No es extraño que Joshua me toque de esa manera, ¡pero es extraño que tú hagas eso! Zachary, siento que te has vuelto más amable en estos pocos meses que no te he visto!".

Zachary retiró la mano y dijo con una voz profunda, “Que grosera".

¡¿Yo estaba confundida, como era yo grosera?!

Todo lo que hice fue decir su nombre.

Zachary se dio la vuelta y se fue. Lo seguí cerca detrás de él como una gatita siguiendo a su dueño.

Nosotros entramos a un patio después de caminar por casi 10 minutos. A pesar de la oscuridad de la noche, yo aún podía sentir lo espaciosa que era la casa de los Schick.

Además, en el patio, había montañas artificiales y lagos artificiales con un pabellón en el medio. Había muchas plantas con hibiscos comunes que florecían de manera extraordinaria.

Zachary siguió caminando hacia adelante y entró en su propia habitación. Lo seguí a él a la habitación y finalmente encontré algo de modernidad.

El cuarto estaba diseñado en un estilo clásico europeo.

Zachary preguntó con un tono indiferente, "¿No habías dicho que querías verme? Ya que has llegado, ¿cuál es la prisa por irte? Nos iremos juntos pasado mañana".

Zachary había tomado su decisión. Su discurso había sido muy coqueto, y le expliqué débilmente, "Era Joshua quien me convenció de esto".

En ese momento, me di cuenta de que había un cambio ligero en Zachary. Usualmente, él habría dicho ‘nos iremos juntos pasado mañana’ sin haber sido coqueto.

Tal vez sólo yo lo sentí así.

Zachary ignoró lo que yo acababa de decir. En ese momento, mi estómago se sintió extraño de nuevo mientras yo me acostaba en la cama de lado para reprimirlo. Él había sentido que algo no andaba bien y me preguntó, "Bel, ¿te sientes mal?".

Le expliqué, "Bebí algo de alcohol, ahora mi estómago se está sintiendo raro".

Zachary, "..."

Él no me sermoneó, en cambio, sacó su teléfono celular e hizo una llamada. No mucho después, alguien vino y trajo un vaso de leche y un vaso de agua con infusión de miel. Era raro que Zachary dijera con mucha paciencia, "Elije cualquiera".