El Amor Eterno romance Capítulo 1989

Chester seguía detrás de Quinton. Después de que Isabelle dejara el equipo, le preguntó a Quinton por qué no se había quedado con ella e insistió en seguir con el equipo de montañeros.

La única respuesta que le dio Quinton fue: "Ella ya estaba decidida".

Chester no podía entenderlo, pero era realmente peligroso dejarla sola. Aun así, no estaba en condiciones de preocuparse por ella.

Después de que el equipo dejara atrás a Isabelle, esta montó su tienda en el glaciar. Luego reunió algo de madera seca en las cercanías y encendió un fuego en la hierba.

Sin embargo, la madera seca dejó de arder rápidamente.

Isabelle permaneció sentada frente a la tienda, y estaba demasiado agotada. Mientras tanto, un hombre la vigilaba desde la distancia todo el tiempo.

Isabelle permaneció en el mismo lugar durante días. Al tercer día, el hombre finalmente se dio cuenta de que ella estaba esperando la llegada de su muerte. Sólo una persona sin ganas de vivir pasaría su tiempo tranquilamente en un lugar tan peligroso, sin intentar salir a salvo.

Al cuarto día, Isabelle salió por fin de la tienda y se paseó por la zona. Todavía se oían fuertes ruidos de la avalancha a distancia, pero no estaba preocupada en absoluto.

Recogió más madera seca y se dispuso a volver a su tienda.

De repente, alguien tiró de ella en sus brazos y se estrellaron juntos contra el suelo nevado.

Cuando se incorporó, vio a un oso frente a ella. No estaba asustada, pero se sentía impotente. Se sintió indefensa por culpa del hombre que apareció de repente.

"Hermano Mayor, ¿por qué estás aquí?".

Cedar no le contestó. En cambio, le dijo que escapara. Isabelle no quería dejarlo atrás, pero sabía que no sería más que una carga si se quedaba.

No quería convertirse en una carga para él.

"Hermano Mayor, si te pasa algo, moriré contigo".

Esa fue la única promesa que pudo darle a Cedar.

Rápidamente se levantó y salió corriendo. Se quedó esperando frente a su tienda, y se preocupó por la seguridad de Cedar.

Cinco minutos más tarde, por fin vio al hombre salir de entre la espesa niebla de nieve. Iba vestido con ropas lujosas, pero tenía el hombro herido. La fresca sangre roja manchaba su ropa.

Ella se levantó rápidamente para sostenerle el brazo.

Isabelle ayudó rápidamente a Cedar a trasladarse a su tienda, haciendo que se sentara donde ella se sentó cuando encendió el fuego. Luego, se mordió el labio y dijo: "Te ayudaré a vendar tu herida".

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