El Amor Eterno romance Capítulo 2010

Cuando Isabelle se preparó para irse, finalmente notó que el lugar en el que se encontraba era inestable. No era de extrañar que Cedar la empujara y cayera solo al fondo. Quería asegurarse de que ella sobreviviera, incluso si él no lo hacía.

Estando al borde de la vida o la muerte, la eligió a ella.

¿Cómo no apreciaría a un hombre que estaba dispuesto a sacrificar su vida por la de ella?

Cedar la amaba. Realmente la amaba hasta la muerte.

'Me ama hasta la muerte…'.

Isabelle se sorprendió cuando ese pensamiento brilló en su mente.

Mientras se deslizaba hacia abajo, recordó lo que su padre y Lucas mencionaron sobre el amor. Padre dijo que el amor era un amor de toda la vida, y Lucas dijo que el amor era la fe.

Era lo mismo que los sentimientos de Cedar por ella.

No es fácil para uno conocer a otra persona que voluntariamente sacrificaría su vida o se la dedicaría de todo corazón. Cuando recordó la confesión de Cedar de antes, de repente sintió pena por él.

Cedar le había dado todo en su paciencia, mientras ella lo ignoraba despiadadamente.

Ella pensó que estaba enferma, pero su enfermedad no había sido más que una excusa para su mediocridad. El que realmente pasó por todas las dificultades fue Cedar.

Ella finalmente se deslizó hasta el fondo.

Isabelle se tambaleó hasta el frente de la pila de nieve con la ayuda de las habilidades en su memoria. Desafortunadamente, su energía se agotó por completo.

Solo confiaba en su voluntad para mantenerse en pie.

“¡Tom, por aquí!”.

Los tres rápidamente comenzaron a cavar. Los dedos de Isabelle rápidamente se congelaron hasta que se entumecieron. Sin embargo, ella no dejó de cavar la nieve.

Mientras tanto, todavía caía nieve desde la cima de la montaña.

Cavaron durante mucho tiempo, pero parecía que su esfuerzo era en vano.

Isabelle se puso tan ansiosa que comenzó a llorar. Sus ojos estaban todos rojos.

Unos dos minutos más tarde, la última persona en la parte superior se deslizó hasta el fondo. Cuatro de ellos trabajaron juntos para cavar la pila de nieve.

Isabelle se sintió sin fuerzas al mirar el alto montón de nieve que tenía delante.

Unos diez minutos después, Tom consoló a Isabelle: “Señorita, mire hacia allá. Nuestros hombres han llegado”.

Isabelle se dio la vuelta y vio al gran grupo de guardaespaldas. Todos llevaban sus máscaras de oxígeno.

“¡¿De dónde sacaron esas máscaras de oxígeno?!”.

“Señorita, deben ser los hombres del Señor Moore”.

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