El Amor Eterno romance Capítulo 2024

Isabelle todavía tenía un poco de sueño después del desayuno.

Quería dormir en la cálida cama, pero no quería perderse de vista. Además, ella quería acompañarlo más que cualquier otra cosa.

“Hermano Mayor, me asusté mucho cuando estabas enterrado bajo la nieve. Pensé que... Vi cómo el equipo de alpinistas llevaba algunos cuerpos durante su descenso. Tenía tanto miedo de perderte. Me deslicé hasta el pie de la montaña de inmediato y te busqué en la nieve”.

Fue entonces cuando Cedar vio las cicatrices en sus dedos.

Isabelle llevaba una vida de lujo. Siempre se cuidaba a sí misma y hacía manicura con regularidad. Siempre fue muy atractiva. Aunque fuera calva, Cedar no pensaría que era fea.

Cedar sostuvo su palma y le preguntó: “¿Escuché de Tom que seguiste cavando la nieve con los dedos para salvarme?”.

Isabelle sintió la calidez de Cedar, y fue fascinante.

Extrañaba mucho su calidez.

“No pensé mucho en ese momento. Estaba preocupada por ti. Terminaste cayendo por mi culpa. ¡Todo es mi culpa! Nunca pensé que tú… arriesgarías tu vida por mí”.

Isabelle nunca esperó que Cedar sacrificaría su vida por ella incondicionalmente.

Cedar finalmente notó la extrañeza en su tono. Le soltó la mano y enfatizó: “Soy tu hermano. Es normal que yo te salve. Si te pasa algo, Mamá estará triste”.

Siempre hacía hincapié en su Madre.

Isabelle suspiró y dijo: “Sé que todavía estás enojado. Está bien. Yo me lo busqué. Fui yo quien te hizo enfadar”.

Isabelle parecía haber admitido su destino. Sintió que Cedar no la perdonaría.

Además, ¿cuál sería su perdón para ella? Si se reconciliaran y volvieran a ser pareja, ¿eso sería el perdón?

Estaba segura de que Cedar nunca estaría de acuerdo. Después de todo, eso haría que sus sentimientos parecieran tan baratos.

Además, el Hermano Mayor nunca fue una persona directa. Él veía los sentimientos como la parte más esencial de su relación. Lo priorizó más que nadie.

¿Había algo que ella pudiera hacer? Aunque Isabelle estaba triste, tenía más sueño que otra cosa.

Apoyó la cabeza en el sofá y dijo aturdida: “Tengo un poco de sueño. Hermano Mayor, deja que tome una pequeña siesta. Cocinaré para ti cuando me despierte”.

¿Desde cuándo ella sabía cocinar?

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