El Amor Eterno romance Capítulo 251

Oculté mi alegría interior. “Cierto”, suspiré.

Él continuó diciendo en un tono calmado: “Si te pidiera que abandonaras tu vida actual, definitivamente no serías capaz de dejarla ir por completo… Bel, un día tu vida eventualmente estará llena de felicidad. Definitivamente te mantendré sana y salva por el resto de tu vida”.

A decir verdad, Zachary podría hacer que me quedara a su lado y convertirme en una pequeña mujer que no se metería en ningún asunto. Sin embargo, él no trató de cambiarme.

Él tenía su deber: la familia Schick.

Yo tenía mi deber: la familia Shaw.

Ambos teníamos asuntos que solo nosotros podíamos enfrentar. Extendí la mano y agarré su palma con una sonrisa.

“Gracias. Contigo a mi lado, estaré sana y salva. Zachary, espero que no me traiciones en el futuro”.

Su voz era firme mientras respondía con un sonido gutural.

“Si me traicionas, no te perdonaré por el resto de mi vida”.

El sonido de las gotas de lluvia se estaba volviendo más suave y más ligero. El tono indiferente de Zachary de repente me hizo una pregunta mortal. “¿Y qué pasaría si tu me traicionas?”.

Estaba un poco aturdida. Respondí: “Entonces, no me perdones por el resto de tu vida”.

“Caroline Shaw, recuerda lo que has dicho”.

Él llamó mi nombre completo, ‘Caroline Shaw’. Eso significa que había tomado eso como mi promesa.

Zachary era alguien que honraba y creía en las promesas.

“Sí, lo recordaré”.

Esa noche, Zachary hizo la cena. Fue una cena simple y sencilla. Después de la cena, ambos nos acurrucamos en la cama y leímos libros juntos.

Él leyó un libro titulado ‘Soledad’.

Había un párrafo en el prólogo que decía: “Hay un gran poder espiritual detrás de la soledad de uno. Si puedes encontrarlo, puedes ser renacido”.

El contenido y las palabras podrían atravesar fácilmente el corazón.

Después de leer una página, el teléfono de Zachary emitió una alerta de notificación. Cuando lo recogió, vi que era de un número no guardado.

Número desconocido: “¿Dónde estás?”.

Zachary respondió a medias.

Zachary: “No en Ciudad Tong”.

Poco después de que Zachary dejara el teléfono a un lado, sonó de nuevo. Era una llamada telefónica directa. Él frunció un poco el ceño y rechazó la llamada, pero la otra parte no se rindió y volvió a llamar.