El Amor Eterno romance Capítulo 618

La superficie de la carretera todavía estaba resbaladiza, como de costumbre, aunque en Finlandia no había nevado.

De repente, Eason pisó los frenos y el coche se detuvo de forma insegura.

Yara parpadeó, pero nunca dijo nada. Eason estaba sentado al frente y era nuestro conductor. Él preguntó: "¿Dijiste que su nombre es Anemone Zich?".

Recordé que Joshua mencionó que a Eason le agradaba su hermana menor. Su hermana menor era la persona con poder en la familia Zich. Mientras tanto, la cabeza de la familia Zich era Evanesce Zich, no Anemone Zich de la casa de té Kitty Cat.

Anemone me dijo que ella venía de la capital. ¡No debería haber sido una coincidencia!

"Sí. Anemone Zich".

Eason respiró profundo y luego reanudó el viaje. En algún lugar a mitad de camino, él finalmente inició su pregunta: "Segunda hermana, ¿ella está feliz?".

Quizás, Eason trataba a Anemone como Evanesce.

Inicialmente, quería preguntarle algo más, pero Yara de repente me pasó su teléfono. Ella había escrito algo en su teléfono.

‘El apodo de Evanesce es Anemone. La de la casa de té podría ser Evanesce’.

Me sorprendió, pero nunca mostré mi sorpresa.

"Se lo está pasando bien", respondí.

Al escuchar eso, Eason dejó escapar un suspiro de alivio. "Es bueno oír eso”.

Cuando Eason me dejó frente a la villa en Espoo, él me pidió el contacto de Anemone. Le expliqué en tono de disculpa: "No tengo su contacto. Anemone no usa ningún dispositivo electrónico, ¡ni siquiera un teléfono celular!".

Eason dijo aturdido: "¡No es de extrañar que nunca pudiera encontrarla!".

Después de dejarme, él llevó a Yara y se fue.

Me quedé un rato frente a la puerta de la villa antes de entrar. Los dos pastores alemanes estaban durmiendo y se despertaron de repente. Ladraron y rápidamente se calmaron cuando me vieron. Meneaban la cola alegremente hacia mí.

Era de madrugada por la noche, así que no me atrevía a acercarme demasiado. Al final, no pude evitar acariciar sus cabezas. Con una sonrisa, les pregunté: "¿Me extrañan?".

Los perros todavía me recordaban y estaban cerca de mí. Incluso me empujaron al suelo en broma. ¡Me tomó un tiempo levantarme porque pesaban!

Tenía miedo de que volvieran a derribarme. Rápidamente ingresé la contraseña y entré en la villa. Luego, me quité los zapatos y subí a la habitación de Zachary.

Él tenía un dormitorio con lujosos pisos cubiertos de alfombras. Fui a ducharme en el baño. Cuando terminé, recibí un mensaje de Tucker.