El Amor Eterno romance Capítulo 677

Perpleja, le pregunté: “¿Quiénes son ellos?”.

Wallace sonrió, pero no dijo nada. Él estaba tan feliz como un niño y la tristeza de perder a nuestra madre se había ido. ¡Parecía que había renacido!

Wallace esperó en la puerta mientras me cambiaba. Él tiró de mi muñeca y me llevó a las escaleras abajo a toda prisa después de que me cambiara. ¡Vi a Zachary en el pasillo de abajo y estaba cuidando del ataúd de mi madre!

Él asintió con la cabeza cuando me vio bajar las escaleras.

Señalé a Wallace y dije de manera suave: “Él dijo que me iba a llevar a conocer a algunas personas y no tengo ni idea de quiénes son. Primero iré a echar un vistazo con él”.

No tenía idea de si Zachary entendió lo que dije y Wallace me sacó del castillo. Le preguntó al mayordomo cuando no pudo ver a esas personas: “¿Dónde están ellos?”.

“Ellos se fueron hace dos minutos”. La expresión de Wallace tenía un ligero pánico. Rápidamente tomó el paraguas del mayordomo y tiró de mí. Me arrastró y cruzó corriendo el enorme jardín. Jadeé mientras estaba en la entrada del castillo y vi a una pareja subiendo un coche con su hijo.

Él llamó de una manera reprimida: “¡Madre!”.

La persona que estaba a punto de abordar el coche se dio la vuelta y lo miró con calma cuando escuchó su voz. Ella frunció el ceño y preguntó: “¿Cómo te dirigiste a mí?”.

La mujer rica que estaba frente a mí tenía un vestido negro de luto. Ella debía ser la madre biológica de Wallace, ¡pero no había ningún signo de dulzura en sus ojos!

Wallace estaba un poco aturdido. El hombre que estaba a lado de la mujer le tiró de la manga y preguntó amablemente: “¿Qué pasa, Wally?”.

Wallace me presentó al hombre de una manera emocionada después de escuchar lo que dijo: “Esta es Caroline, la hija de mi madre, mi familia”.

La madre de la que hablaba Wallace era mi madre.

El hombre sonrió y dijo: “Muy bien, la familia de Wally”.

El hombre le tenía un poco de miedo a Wallace.

Wallace miró a la dama con expectación mientras sostenía la mano de un niño. Él le preguntó a ella con incertidumbre: “Madre, él te llama madre. ¿Es él mi hermano?”.

El chico era el hijo de la dama.

Sin embargo, él no sabía que tenía un hermano.

La dama negó y dijo: “No, ¡él es indigno!”.

Él era indigno…

Wallace gritó en un trance: “¡Madre!”.