El Amor Eterno romance Capítulo 887

El viento por el río era mucho más frío que antes y los pasos de Zachary temblaban. No me atrevía a acercarme a él porque él acababa de tener una rabieta.

Me quedé parada en el mismo lugar y estaba perdida porque me sentía increíblemente mareada. Zachary luego continuó caminando a lo largo del río. No tenía energía para seguirlo, así que me senté en una banca cercana y descansé.

Cuando se dio cuenta de que no había ningún movimiento detrás de él, se dio la vuelta y me miró con enojo. Me ordenó: “¡Ven aquí!”.

¿Zachary me había perdonado?

No parecía que me fuera a perdonar tan fácilmente.

Él probablemente no quería tratarme tan mal.

Aunque mi cuerpo estaba demasiado débil, me levanté y fui hacia él. Frunció el ceño y notó que algo andaba mal conmigo. Zachary preguntó: “¿Estás enferma?”.

“Solo fiebre alta. Acabo de salir del hospital. Me dieron infusiones todo el día. Me siento un poco mejor, pero con la brisa fría, yo…”.

Antes de que pudiera terminar mi oración, él se quitó el traje y me cubrió con él. Aunque tenía una expresión fría, él todavía se preocupaba por mí. Pude ver el agravio en él.

¡Me imagino lo enojado que estaba cuando usó las palabras ‘cerebro de cerdo’!

Zachary se agachó, se puso de espaldas a mí y señaló su esbelta espalda. Luego ordenó: “Súbete a mi espalda”.

Me subí obedientemente a su espalda. Zachary luego se levantó y continuó caminando río arriba conmigo en su espalda. Estuvo callado todo el camino y continué disculpándome mientras abrazaba su cuello con fuerza: “Lo siento”.

Me ignoró y le dije de nuevo: “¡Lamento lo que hice! ¡Zachary, no volveré a esconderte nada!”.

Él prefirió quedarse callado.

Zachary no habría creído nada de lo que dijera en ese momento.

“Caroline, ¿crees que soy estúpido?”.

De repente dijo: “Tú sueles hablar demasiado cuando te trato un poco mejor. No solo eres estúpida. Estoy enojado porque me decepcionaste. Me pregunto cómo mi esposa puede ser tan estúpida, justa y linda al mismo tiempo. ¿Cómo es que solo ves la superficie de las cosas y no lo que hay debajo de ellas? A veces no sé qué decir. Es como si estuviera enojado, pero también tengo ganas de reír. ¡Ser estúpida es la menor de las cosas!”. El tono de Zachary estaba lleno de impotencia.

“Lo siento, Zachary, sé que soy realmente estúpida”. Era mejor ir con lo que él dijo en ese momento.

Lo que dijo era la verdad.

Zachary me volvió a ignorar.